17/1/10

El Show de J.J



Esta semana hemos presenciado en clase un espectáculo sin par, un Show político-económico que muchos recordaremos para la posteridad. Era nuestra penúltima clase de Economía, esa asignatura que a lo largo de estos meses me ha causado (y lo sigue haciendo) múltiples quebraderos de cabeza. Dejando a un lado que la economía no me agrada mucho y que no logro aprender a despejar fórmulas ni a entender como reducir algo a simples cifras y letras, el profesor tampoco ayuda mucho.
Cariñosamente lo hemos apodado entre algunos compañeros como J.J (Jimenez Los Santos, creo que no hace falta mucha explicación acerca de porqué ese nombre, pero ambos tienen un humor inquietántemente parecido).
Recordando algunos de sus antiguas frases como:
-"El Ejército está para la guerra y no para la paz; una pistola y pa'lante"
-"La Ministra de Defensa no tiene ni idea de lo que es el Ejército, claro cómo no ha hecho la mili...Al menos cuando estaba embazada era la ministra especial"
-"Una asignatura para aprender a masturbarse...seguro que las señoritas que la imparten no tienen ningún título, eso no son profesoras ni nada"
-"Público es un periódico que...¿podeís creer que se destinen X millones a repartir esto? ¡Dinero que sale de nuestros bolsillos!" (Todo esto porque el periódico se repartía de forma gratuita en la Facultad, curiosamente al día siguiente dejaron de traerlo...)
-"El Samuelson (libro de economía) no está bien traducido en esta edición...es que lo traducen sudamericanos, tienen  un lenguaje más culto y florido" (Quiero pensar que no iba con sarcasmo)
-"Fui a una cafetería y me sirvió un sudamericano...no saben servir. Los camareros españoles sirven mejor, están  más preparados"
-"El Español es el idioma del Imperio"
-"A este paso a Grecia y a España nos van a echar de la Unión Europea...No pongaís esas caras, es un asunto muy grave, deberíamos estar preocupados" (Esta es una de las que más me gustan, sembrar el pánico le causa placer)

Lo cierto es que en ésta última clase superó sus propias expectativas:
-Dado que su tema de conversación favorito es la crisis (normal, puesto que es la clase de Economía) comenzó hablando de los diversos países que acarrean graves crisis, y terminó ensañándose con los irlandeses: "Irlanda es el país más pobre de Europa; son pobres pero cultos, o al menos eso dicen ellos", "En Irlanda, igual que en Inglaterra, están todo el día bebiendo" "Lo único bueno para Irlanda de la crisis es que se han ido los rumanos".Y tras varios comentarios de la misma índole, terminó preguntando si había algún Eramus en clase (es fácil imaginar cómo se los habría tomado un irlandés)
-Posteriormente le tocó el turno a Grecia, y de nuevo anunció su predicción fatalista de que acabaríamos fuera de la UE: "La Unión Europea es un conjunto de países ricos, ¿cómo van a querer dentro a países pobres?"
-Y para terminar con el repaso geográfico, tocó el turno de las Comunidades Autónomas; dando su opinión acerca del modelo de Estado: "No vamos a salir de la crisis mientras no cambie el modelo de Estado, ¿cómo vamos a coordinar 17 naciones?" Aunque Murcia se llevó la peor parte: "¿Y la nación de Murcia, es eso una nación? Los gitanos que viven entre Murcia y Almería, dependiendo de donde les den más ayudas se van a un sitio o a otro"
-Cómo él mismo anunció que ya le cansaba hablar de Zapatero, se dedicó de lleno a Felipe Gonzalez: "Felipe Gonzalez inventa su propio idioma, dice 0 punto 9 (0.9), cuando en realidad es 0 coma 9 (0`9)" (todo ello acompañado de una gran imitación) "El sabio Felipe Gonzalez" A lo que siguió una enumeración de los sabios españoles: "En España ha habido tres sabios: Felipe Gonzalez, Solbes y Zapatero" (dejándose en el tintero grandes "sabios" de la historia de España como Aznar o Aguirre).
-Después de ese pequeño repaso a la historia política de España, tocó el momento de remover un poco más el tema de la crisis: "Hemos retrocedido muchos años con la crisis, y es un asunto muy grave" "Con Felipe Gonzalez la tasa de paro era de X y con Zapatero es de X" (el paro es un extraño fenómeno que sólo se presenta cuando gobierna el PSOE).
-Como colofón final de la clase, y dado que había mencionado a prácticamente todos los líderes políticos, hizo mención de Berlusconi y Sarkozy: "Berlusconi es como Zapatero, pero en otra línea"
-Lo de Sarkozy se merece un apartado nuevo: "Sarkozy es un hombre que lleva tacones, ¡y de un cuarto!. Si eres de estatura media no te cases con una mujer de dos metros. Eso es amor a plazos, lo que no se es si a débito o crédito"

"Detalle de Sarkozy y sus famosos zapatos"
Con ese último comentario se cerró una hora y media de humor digno de la COPE entremezclado con el multiplicador keynesiano, ante la estupefacción de algunos de los presentes, que no sabíamos si el hombre había tomado demasiado café o tenía un ataque senil. Todo puede resumirse en la frase de un compañero: "Ha terminado el curso por la puerta grande"
Lo cierto es que, fuera de chistes, hay un tiempo y un lugar para cada cosa, en las aulas economía y en el bar mítines políticos, que aún somos mentes sumamente influenciables y esto puede hacer mucho daño...



10/1/10

Ellos siempre somos nosotros...





"Nadie es una isla, completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo del continente, una parte de la tierra; si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, al igual que si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia; la muerte de cualquier hombre me disminuye, porque estoy ligado a la humanidad; y por consiguiente, nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas; doblan por ti"
John Donne
Estas pocas palabras, leídas al principio de "Por quién doblan las campanas" (libro de Ernest Hemingway que estoy comenzando a leerme), me cautivaron al instante. Creo que expresan esa idea de unidad y de solidaridad que hoy parece quedar resignada a un simple concepto vacío de todo contenido. Creo que llega aún más lejos, tocando el espíritu de la naturaleza que nos une a todos, pero alejándose al mismo tiempo del tópico de sociedad-rebaño.
Los hombre creemos ser independientes, a todos los niveles (incluído moral o intelectualmente), y sin embargo necesitamos en casi todos los momentos de nuestra vida la compañía de alguien. Incluso en los momentos de soledad evocamos constantemente a otros; incluso cuando un hombre se erige como tirano de otros siempre lo hace rodeado y apoyado por cretinos de su misma calaña. Incluso en el momento de la muerte no marchamos solos, sino acompañados por los recuerdos, las vivencias o las existencias de quienes nos conocieron.
Sin embargo, manifestamos abiértamente un afán de individualización; la firme intención de querer elevarnos un paso por encima del resto de resto de seres vivos, que viven más dedicados a su vida en comunidad que a satisfacer sus propias necesidades.
Siempre había pensado en esa idea de comunidad como rebaño; todos iguales y el pastorcillo -a veces rojo, a veces azul- asustando a las ovejas con el cuento del lobo. Todos felices y seguros bajo el dominio del pastorcillo, que en última instancia y cuando ya no le seamos útiles nos venderá al mejor postor (inquietante parecido con la actualidad...)
O quizás en la comunidad como una eficiente colmena, donde las abejillas trabajan felices para lo que cada una nació, sin posibilidad de salir de su estamento y sirviendo a su esplendorosa reina, que come y procrea en abundancia mientras ve la vida pasar (inquietante parecido con ciertas épocas pasadas -y no tan pasadas)
Llega un determinado momento en el que la vida en comunidad, la satisfacción de los intereses generales, abstrae por completo al individuo, que deja de tener identidad dentro de su propia comunidad, pasando a ser un mero esclavo de ésta. Y cuando pasa a ser un esclavo deja de servir a los demás, para servir únicamente a los intereses del pastor o de la abeja reina. Si trabajara para los intereses del resto de ovejas o abejas, ¿lo habrían éstas esclavizado?.
Por tanto el problema surge cuando alguien cree que puede reconducir esos intereses generales a su propia vertiente, cuando alguien  manipula a las ovejas y abejas para que crean que sirven al interés colectivo cuando en realidad enriquecen el poder del pastor y la reina.
¿Quién? ¿Cuando? ¿Porqué? Quién sabe...porque no lo sabemos. Ha llegado un momento en el que no sabemos si trabajamos por unos intereses colectivos falsos, si el pastor es en realidad el lobo, si la reina ha muerto; por no saber no sabemos siquiera si somos oveja o pastor, si somos rebaño o individuos independientes.
Sólo tanta duda puede explicar que vaguemos por el planeta dando palos de ciego. Sólo tal enredo de identidades puede explicar que miles de ovejas mueran y el resto lo ignoren; que los pastores porten enormes varas con las que azotar los traseros más inocentes; que la reina siga comiendo sin levantar un dedo y la obeja obrera muera de hambre...
Esta realidad sin embargo choca con el enorme cristal que hemos colocado en nuestras cabezas para no sentirnos oprimidos, el del individualismo y el egoísmo. Sí, porque ¿cómo vamos a ser parte de algo como un rebaño si somos seres egoístas e interesados? No nos preocupan los demás porque no convivimos con ellos, con eso creemos salvarnos.
Vivimos en rebaño, y no se nos ha ocurrido otra cosa para atenuar el sentimiento de opresión que levantar barreras y fronteras entre nosotros, que matar a semejantes para mostrar que podemos ser alguien.
Por consiguiente, esa comunidad engañosa que trabaja para su reina y ese egoísmo que parece mecernos conviven unidos; el uno alivia al otro: es en periodos de soledad donde queremos formar parte de algo, y es en situaciones de pánico ante la gregarización cuando tratamos de sacar nuestra cabeza por encima de la de los demás.
Curioso contraste, curiosa locura. Y sí es que existe un término medio, ¿donde está? El pastor ni lo sabe ni lo intuye. En su interior cada oveja sabe cúal es esa verdadera comunidad, aquella en la que los intereses generales se equiparan a los personales, donde uno puede ser y dejar ser a otros; donde la preocupación por uno mismo se equipara a la preocupación por los demás, donde la unidad no es subordinación colectiva sino solidaridad, donde sentimos por todos o donde ellos somos nosotros. Es algo que se aleja de esa colmena, donde la mentira ha florecido hasta hacer creer a las abejas que sólas serán felices -aunque a veces se debatan entre esa idea y la de felicidad conformista. Una locura, una locura...ya se ve en la foto de arriba (por si no os habéis percatado no son ovejas sino coles) que no sabemos ni quienes somos.
Necesitamos recordar que la colmena o el rebaño las forman las abejas y las ovejas, no la reina ni el pastor. No hay que deberse al Estado sino a los demás, a nosotros. John Donne lo expresó magistralmente: las campanas doblan por ti.




Durante todo este mes y el siguiente temo que tendré que seguir dedicando mi tiempo a estudiar para los exámenes, así que no podré visitaros mucho ni escribir gran cosa aquí; aún así aprovecharé los instantes libres para leeros.
Vuestros comentarios en la anterior entrada prometo contestarlos en cuanto tenga otro momento de descanso, gracias por ellos.

5/1/10

Curiosas circunstancias


Todo el mundo ha vivido alguna vez situaciones curiosas, ha conocido a personas extravagantes o ha tenido conversaciones extrañas; como si el guionista de "Callejeros" hubiera tomado por momentos nuestra vida como papel en blanco. Sin embargo, por un extraño capricho de la naturaleza, cada vez que Indie, Dorian y yo salimos juntas a la calle, terminamos conociendo a cualquier completo desconocido que es ,al menos, peculiar.
Nunca he contado las ocasiones en las que han ocurrido sucesos de este tipo, pero superan con creces la veintena. Desde un hombre que arrastraba un cuadro destrozado sobre el cual había pintado (a boli) un bigote y varios detalles más, y preguntaba donde podía vender su obra; hasta un encuentro a las tantas de la noche y en la puerta de un pub de ambiente con un hombre con peluca naranja, que nos dijo literalmente: Si no habéis ligado en toda la noche, !aquí os váis a comer una polla! (nunca he escuchado una frase tan acertada).
Pero, sin duda alguna, lo que nos aconteció ayer a Dorian y a mí es probablamente el suceso más surrealista de todos los que hemos presenciado. Voy a contarlo tal y como sucedió, aunque pueda resultar en determinados momentos un relato casi escatológico:
Dorian y yo habíamos quedado esa tarde. Como estaba lloviendo, entramos en un pub que solemos frecuentar para sentarnos  allí tranquilamente.
Cuando casi ibámos a marcharnos, Dorian se fue al servicio y yo me quede en la mesa esperándola. De repente llegó un hombre normal y corriente, de unos cuarenta y tantos, que se sentó en la mesa de al lado. Me miró y me dijo algo que no logré entender, en un primer momento pensé que era extranjero (sobre todo porque es un pub irlandés donde acuden muchos extranjeros), pero luego dijo algo más (que tampoco entendí muy bien, pero que era indudablemente en español).
Justo cuando Dorian volvió de nuevo a la mesa, el hombre me pidió perdón. Dorian me miró y me preguntó si es que el hombre me había dicho algo que no me había sentado bien. Yo le contesté (literalmente): No lo sé. Porque no tenía ni idea de porqué pedía perdón; al principio pensé que podía ser por algo de lo que había dicho y yo no había entendido.
Continuamos hablando las dos cuando el hombre volvió a pedir perdón. Dorian se giró hacia él y le preguntó que porqué pedía perdón. A lo que el hombre contestó que tenía gases, y que tenía que soltarlos en algún sitio. En ese momento ambas hicimos grandes esfuerzos para no reír, porque la situación era un poco extraña. Dorian le dijo que tenía el servicio a tres pasos (ciertamente estaba a tres pasos) y el hombre dijo que la próxima vez iría al servicio.
Repentinamente el hombre dijo: Os voy a hacer un regalo de reyes, señoritas. Y abrió su cartera. (momento en el que empecé a dudar de la cordura del hombre). Creo que ambas pensábamos que iba a sacar dinero o algo por el estilo (yo al menos lo pensé), pero sacó un folio de papel que le dio a Dorian diciendo que aquello era algo que él había descubierto y que era muy importante. El papel contenía un especie de cuenta aritmética (algo como a elevado a no-se-cuanto es igual a no-se-qué). El hombre le dijo que comprobara que estaba bien, dando a entender que era algo muy importante; y ella le contestó que aquella suma era un poco imposible. A continuación el hombre se puso bastante nervioso y reclamó su papel a Dorian, parecía que él pensaba que ella iba a quedárselo (a mi me recordó vagamente a esa escena de "El Señor de los anillos" donde Gollum reclamaba su tesoro)
El hombre pareció calmarse cuando le devolvieron su papel, y se marchó a recoger en la barra su bebida. Momento en el que no pudimos ambas evitar la risa. Poco después volvió de nuevo a su mesa, y nosotras mantuvimos la compostura. No me parece bien reírme en la cara de la gente, por mucho que la situación de pie a ello.
Me marché al cuarto de baño, mientras Dorian recogía nuestras cosas para irnos. En esos minutos de ausencia, tuvo una conversación con él bastante interesante (aunque debería ser ella la que lo escribiera detalladamente). Cuando yo llegué el hombre estaba diciéndole que ella era una mujer muy guapa y que él veía con los ojos del corazón (probablemente las pocas frases racionales que dijo). Al final hasta resultaba agradabe hablar con él, pero su problema persistía.
Con un: van a perdonarme, señoritas; y una ligera inclinación, se tiró un pedo bastante sonoro. Nosotras no podíamos ya parar de reír, mientras él decía que la próxima vez iría al cuarto de baño.
Finalmente abandonamos el pub entre risas, pensando en lo surrealista de la situación.
Puede parecer una historia inventada, pero es una de esas ocasiones en las que la realidad supera a la ficción. Todas estas situaciones curiosas y surrealistas, he de decir que me encantan; quizás porque conoces a gente que tiene algo que contar que escapa de lo cotidiano (sea real o inventado);o quizás porque te cruzas con personas que tienen un encanto especial.
Supongo que cada persona tiene una historia, un pasado, un vicio, una locura o una pasión; tener la oportunidad de conocer a personas que, aparentamente no encajan en el encasillado social, bien porque su cabeza se rige por ideas diferentes a la razón o porque sus pasiones los hacen incapaces de sujetarse a un orden predeterminado, me gusta. Me gusta porque es diferente, porque lo diferente es hermoso, porque de lo diferente se aprende si se sabe apreciar.
No puedo evitar pensar que la locura es hermosa, misteriosa e impredecible. Que quizás la locura sólo es una manera diferente de ver la vida a como lo hace la mayoría, que quizás nosotros somos los locos y ellos los cuerdos...la realidad supera a veces la ficción...