23/1/11

El Flautista




Nos enseñaron a conformarnos con lo presente, a no anhelar lo imposible.
Que todo estaba hecho, que todo había sido conseguido.
Que sólo éramos un mero grano de arena en el desierto.
Los grandes cambios, los grandes avances, nunca han estado a nuestro alcance.
La historia es un libro cerrado, un capítulo atrás del que no formamos parte.

Y nos permiten soñar con una idea, preocuparnos por un guerra o llorar por una masacre.
Pero no nos dejan ser parte activa de la solución de un problema.
Estamos destinados a ser espectadores pasivos de la vida,
condenados, desde el graderío, a verlos jugar su partido...

Aceptamos que ellos lo harán mejor que nosotros,
les otorgamos nuestra confianza y nuestro futuro en los siguientes años.
Y al final, no nos sentimos parte de la elección.

Se asemejan a flautitas que encandilan con su mensaje.
Un "esto lo hago por tí" convertido en un "quién bien te quiere te hará llorar".
Y vienen los recortes y los pensionazos,
y con ellos la crispación, la desilusión y la desconfianza.
Y te continúan diciendo que esto funciona así, que es lo que hay.
Y claro que lo es, los beneficiados siempre son los mismos.
La crisis la originan unos y la pagan el resto.
 
Y al final de todo, resulta que tenemos un problema muy gordo.
Hemos dejado de creer en muchas cosas por el camino,
hemos visto al flautista convertirse en orco, y al orco en flautista,
hemos contemplado nuestra propia pasividad.
Pero algo bueno hemos sacado de ello,
somos más conscientes de la importancia de nuestros derechos.
 
 
No se trata de que gobernemos nosotros, sino de que gobiernen contando con nosotros.
 
 
 

17/1/11

Frases precarias


Dos personas se casan cuando ya no descubren nada nuevo en el día a día y necesitan crear la expectativa de la vida a largo plazo para volver a sentir algo.
Pd: sin ánimo de ofender a los casados/as.



Las personas son entes individuales que sólo ocasionalmente se unen para luchar por una causa común y pasan entonces a ser un ente abstracto.



"Quizá, como en tantas otras ocasiones, no estaría mal que volviéramos la vista hacia la naturaleza y aprendiéramos que es en la unión donde se encuentran las ventajas y fortalezas" Artículo del XL Semanal.


15/1/11

¿Hay vida antes de la muerte?



Soy esclavo de la rutina,
esclavo del trabajo,
esclavo del consumo,
esclavo de la tecnología,
esclavo de las normas,
esclavo de la moral,
esclavo de la moda.

Soy esclavo de lo que digo,
esclavo de lo que callo,
esclavo de lo que pienso,
esclavo de lo que siento.

Soy esclavo de la felicidad,
esclavo de la ilusión,
esclavo del amor,
esclavo de la comodidad.

Sólo soy libre cuando no me rebajo,
ni me censuro,
cuando dudo.

Soy libre cuando no tengo miedo a pensar,
ni a elegir,
ni a dudar.

Soy libre cuando vivo, esclavo cuando sobrevivo.




Cuanto más confortablemente se vive menos se reflexiona sobre el sentido de las cosas, los errores cometidos y lo que uno mismo es. En definitiva menos se piensa, ¿para qué es necesario pensar si la felicidad consiste en poseer? ¿para que ser pudiendo tener? En una sociedad en la que lo que se valora es el tener y no el ser, los individuos que se niegan a convertirse en máquinas de consumo son non gratos; elevados a la característica de locos que desprecian las comodidades de este siglo.

Dedicamos poco tiempo lo que somos y mucho a lo que tenemos. El vacío que sentimos no se colma con objetos, es como intentar llenar un vaso de agua agrietado. Y al final, uno termina preguntándose si hay vida antes de la muerte, si todo lo que se ha hecho antes de llegar a ese momento ha sido vivir, en la extensión de todo su concepto...Parecemos reducirnos a meros esclavos de nuestro entorno, incapaces de vivir sin aquello que precisamente nos limita. Hemos ganado en lo superfluo para perder en lo esencial.
Y sí, quizá seamos más felices que antes, pero no porque haya menos de lo que preocuparse sino porque hay más cosas con las que despreocuparse. Creemos ser afortunados, pero hay cosas que muchos no experimentarán cegados por su materialismo y conformismo; y no es otra cosa que la libertad. Yo no lo definiría como un concepto externo, que dependa del régimen político o del nivel de vida; creo que está en todos nosotros y que cada uno lo experimentará o creerá experimentarlo a su manera.
Para mí la libertad es un sentimiento que a veces te embarga y te  lleva a pensar que no importa lo que pase hoy o mañana, quién cargue contra tí o qué trate de coaccionarte, porque durante un breve instante estás firmemente convencido de que ese eres tú y nada de lo que pase a tu alrededor podrá destruirlo. No tienes miedo de lo que eres ni de lo que serás conforme el tiempo vaya pasando, no tienes miedo de dudar ni de ilusionarte. Puedes soñar sin importar el límite y puedes vivir sin importar lo que otros hagan para dañarte porque esa libertad nace de ti.
Y sólo bajo ese instante de libertad es cuando uno ve la vida como algo maravilloso de lo que disfrutar y aprender. Es cuando se muestra como una ilusión, como una oportunidad.