25/10/10

De Francia siempre vinieron nuevos aires...



Resignarse, permanecer callado, asustado e inquieto por el futuro, sin levantar la mirada ni tan siquiera la voz es hoy una práctica mundana. Escondidas quedan las ganas de luchar por nuestro mundo y nuestros intereses, y criminalizadas están las voces que señalan al sistema como injusto.

Vivir bajo el miedo no es libertad, vivir pensando que alguien ya arreglará los problemas no es conformismo, roza la cobardía.

En las peores situaciones se esperaba un resurgir, tímidas voces conspirando...aquí ni tan siquiera eso. Hemos perdido la conciencia de clase, no sabemos de donde venimos ni porqué luchamos.

Porque hoy es el pueblo quien teme al gobierno, cuando debería ser al revés. Tomemos nota de lo que es un verdadero pueblo, el que se une frente a la adversidad, el que se niega a ser manipulado por el sistema, el que grita, el que no permite que le callen...

Eso es el pueblo y no un conjunto de ciudadanos a las órdenes de su pastor...


La pregunta sigue siendo la misma: ¿estamos dispuestos a permanecer sentados mientras atacan nuestros derechos?

11/10/10

El olvido


El sábado pude ver en TVE una película sobre el fascismo y la guerra civil que me impactó bastante. Se trata de "La Buena Nueva", no sé si algunos de vosotros la vería o ya había tendido la opotunidad de verla antes. Para mi gusto la película es muy buena, no es una película que se centre exclusivamente en lo sangriento ni tampoco es demasiado sentimentalista. Narra el conflicto vital por el que pasa un cura cuando observa que su Iglesia apoya y respalda una guerra y la matanza de personas simplemente por tener unas ideas diferentes.


Creo que esta película muestra un punto muy importante de nuestra historia como fue el papel que tuvo la Iglesia Católica en la guerra civil, que la convirtió poco menos que una cruzada con el objetivo de recuperar el poder que había ido perdiendo durante la república y con ello hizo de ella un episodio aún más sangriento. Mató en el nombre de Dios y blandiendo la excusa de que anteriormente los republicanos y anarquistas habían saqueado sus conventos, violado a sus monjas y asesinado a sus curas. Si nos ceñimos a la historia es cierto que ello sucedió, pero con dos notables matices:
-El número de eclesiásticos asesinados nunca fue tan alto como el número de personas que ellos asesinaron.
-Quienes mataron a estos eclesiásticos fueron, por decirlo de alguna manera, una centena de exaltados; en cambio el bando falangista asesinó con el permiso y la orden de las autoridades.
Sorprende que ahora la Iglesia trate de enterrar ese punto oscuro en su historia, así como lo intenta hacer con la Inquisición o los casos de pederastia, eludiendo el tema o bien esgrimiendo que "todos somos pecadores" (palabras del obispo Camino sobre la pederastia, pero qué bien podrían servir para esto).


De hecho tengo un leve recuerdo respecto a este tema. Cuando acudía al instituto yo tenía clase de religión (era opcional) y un día la profesora propuso escribir en un papel el tema sobre el que queríamos que ella hablara, yo le entregué un papel que más o menos decía: "La inquisición y la participación de la Iglesia en otras matanzas". Menos mal que era un ejercicio anónimo, porque la profesora no puso muy buena cara cuando lo leyó en voz alta y con un "Bueno, siempre ha habido manzanas podridas dentro del cesto" descartó hablar del tema. Hoy en día continúa ocurriendo lo mismo.


Continuando con la película, también resalta que en muchas ocasiones los asesinatos y acusaciones no tenían mayor fundamento que la venganza personal o la ira, especialmente en los lugares pequeños. Pero el punto que especialmente me impactó de la película fue el anonimato de los asesinados, tema tan candente hoy en día. El cómo eran fusilados y arrojados a una fosa común, sin posibilidad de que nadie conociera nunca el paradero de su cuerpo; una forma cruel de enterrar no sólo un cuerpo, sino una vida, una lucha y un ideal. El tema casi central de la película, basada en hechos reales (además la directora es familiar del cura), es de hecho la labor que realiza el cura anotando donde se encuentran las diversas fosas y quién yace en ellas, porque como él mismo dice "Ya los han matado una vez, no dejaremos que los maten una segunda con el olvido". En un determinado momento incluso menciona que treinta años después de esos sucesos los familiares podrán conocer la verdad.


Resulta muy triste, y creo que la directora incluyó esa mención expresamente por ello, que hoy, cuando ese plazo de tiempo se ha cumplido, los familiares continúen esperando la verdad. Que tantos años después aún no conozcan el paradero de sus antepasados, que su vida y su lucha parezcan quedar relegadas al olvido. Y sorprendente e indignante a la par resulta que por una vez que alguien en este país busca justicia (obvia mención a Garzón), se encuentra con que los fantasmas del 36 siguen vivos, a la caza de todo aquel que trate de alcanzar la verdad. A mi parecer no sólo es una cuestión de justicia, sino de dignidad. Esas personas, fusiladas sin compasión por no alabar un régimen inhumano, merecen respeto por la lucha que ejercieron, y no quedar olvidadas porque forman parte del pasado. Lo queramos o no, el facismo forma parte del presente de España, así como conforma su pasado. Enterrar el pasado, literalmente, no va a servir para enterrar la historia ni las atrocidades que se cometieron, y sólo conociendo los errores del pasado podemos avanzar hacia el futuro. Ya estamos notando los efectos que está teniendo el enterrar el pasado, por poner un ejemplo el crecimiento del fascismo entre los más jóvenes (recordemos que el fascismo es ignorancia).


A los que dicen que se deje de remover el pasado, yo les contesto que no es pasado sino presente. Muchos no dejaremos que esto caiga en el olvido, porque quienes lucharon por defender la democracia y la libertad merecen su pequeño papel en la historia. El recuerdo es el peor castigo para aquellos que sembraron la muerte y la represión. Nuestras voces han de ser la caja de resonancia de la lucha de aquellos que aún yacen olvidados. Esta película es ante todo un homenaje a ellos, un intento de que su historia no caiga en el olvido.


Termino como termina esta película, con una pincelada de esperanza; pueden matar a la persona pero jamás matarán la idea. Como dice la canción de abajo, menos mal que con los rifles no se matan las palabras.




Perdonad que últimamente no os visite mucho, estoy un poco atareada. Espero en breve tener un poco más de tiempo.