31/12/10

FELIZ AÑO


Aunque esté más perdida y no tenga mucho tiempo para pasarme por aquí, sigo estando presente en este pequeño espacio. Os deseo a todos un feliz 2011, en el que cada uno de vosotros continúe su particular lucha y de rienda suelta a sus ilusiones y proyectos.
No suelo hacer balance del año, aunque sea algo casi inevitable; prefiero mirar al futuro y pensar que venga lo que venga se superará con mayor o menor dificultad. Por eso, lo que espero de este año que entra no es otra cosa que seguir teniendo fuerzas para continuar viviendo. Frase última que casi parece algo mortecino, pero que es todo lo contrario. Porque vivir, con todas las letras, no es sólo permanecer y ver como los acontecimientos te tocan, sino ser parte de ellos. Vivir es luchar, es formar parte de lo bueno para disfrutarlo y de lo malo para mejorarlo. Y ello no resulta fácil, cuanto más tratas de cambiar lo que no te gusta, cuanto más te implicas en hacer del mundo que te rodea un lugar más justo, más obstáculos encuentras. La contracorriente cansa en determinados momentos, agota, preocupa e incluso puede llevar a la desilusión; pero merece la pena si uno cree realmente en ella. De nada sirve tener cerebro si no se tiene corazón, de nada sirve la vida si no es para vivirla.
Hoy me siento más cerca de la vida, es lo que puedo decir de este año, más cerca de lo que creo y siento, de lo que en el fondo soy. Hay quién dice que la vida es sólo un camino a recorrer para descubrirse a uno mismo, quién sabe...
Espero que este año sea bueno para todos vosotros, os deseo lo mejor.


9/11/10

Oprimidos


Hoy el uso del terror es el instrumento más certero para garantizar que nuestras actuaciones serán aquellas que se esperan, somos presos del temor y cada cual lo usa como puede:




-El miedo al laicismo usado para aborregar e increpar contra la libertad de no creencia, al que subyace el deseo sin par de extender poderes más allá del ámbito religioso y rememorar viejos -y para ellos- gloriosos tiempos.




-El miedo a los ataques militares como forma de opresión de todo un pueblo, para garantizar su sumisión a un Estado tiránico y callar su lucha.




-El miedo a la inmigración para garantizar un resultado electoral óptimo, llevado a cabo por individuos fascistas y xenófobos que juegan con la ignorancia y los prejuicios sociales, aprovechándose de las situaciones económicas de un país.





-El miedo a ataques biológicos o nucleares por parte de grupos terroristas con el objetivo de incrementar el control sobre la población y tener una excusa para cometer atrocidades en Estados ajenos sobre un trasfondo económico y lucrativo.

 


-El miedo a la diversidad religiosa, étnica, racial o política que puede poner en peligro la integridad del país y llevar a una catástrofe de dimensiones similares al Big Bang, todo ello con el objetivo de preparar el terreno político a los partidos que les subvencionan y necesitan de la desinformación de los ciudadanos.





-El miedo a la desintegración de la nación debido al Gobierno y todas las medidas que han tomado, toman o tomarán porque son potencialmente autodestructivas y arbitrarias y sólo con el PP en el poder podremos salvarnos; con un objetivo se sobra conocido: la llegada al poder, y cuanto más rápido mejor.



Las consecuencias del miedo ejercido son simples y visibles: desinformación social, islamofobia, excesivo control de la población, autoritarismos, tensiones políticas y sociales, obstrucción de la democracia, limitación de las libertades...

Ya lo decían por ahí: Si no tuvieras miedo: ¿qué harías?




2/11/10

De la ineptitud social y otras ilusiones




Desde hace tiempo me viene preocupando el tema del trabajo, ya estoy prácticamente a la mitad de mis estudios universitarios y comienzo a preguntarme qué haré cuando los finalice. Y la verdad es que las perspectivas son bastantes oscuras, por no decir que una nube de incertidumbre lo cubre todo. Algunos dicen que lo que ocurre hoy es sólo un pequeño contratiempo, un desajuste temporal; la vida es pendular y con los años la situación laboral mejorará. Otros en cambio consideran que aunque la situación mejore el daño ya está hecho, que por primera vez los hijos vivirán peor que sus padres. No quiero caer en el pesimismo ni la histeria, puede que sea cierto que viviremos peor teniendo en cuenta que las condiciones laborales no hacen más que empeorar, que el medio ambiente ya está dañado o que somos tecnodependientes, pero soy por naturaleza optimista y la resignación será mi última opción.

Nuestra sociedad actual, a mi modo de ver, continúa siendo tan caótica como lo era hace 100 años, lo único que ocurre es que hoy creemos que nuestros dirigentes políticos están más preparados que en aquel entonces (perdonadme, últimamente no estoy en mi mejor momento de credulidad política). Nuestro orden, basado en el exceso de normas, control y seguridad, es como una ilusión, existe si tú crees que es así. Pensemos fríamente si realmente hay una seguridad, tanto presente como futura. Por poner un ejemplo, puedes ir por la calle y que un coche te atropelle, sin embargo nos sentimos más seguros que hace cincuenta años porque sabemos que hay algo o alguien detrás y que responderá ante su irresponsabilidad. De modo que en realidad no vivimos en un mundo más seguro sino que hemos depositado nuestra confianza en una circunstancia ajena, el hecho de que la existencia de un seguro nos solucione el problema.

Y ese es, para mí, es el gran mal de nuestro siglo, el habernos evadido de la responsabilidad de solucionar los problemas confiándoselos a otra gente. Aquí estoy tirando piedras a mi propio tejado -que para eso el día de mañana seré abogada- pero así lo pienso. Evitamos por todos los medios el resolver nuestros  problemas, ya sea recurriendo a la justicia en el plano jurídico o bien a los políticos en el plano político. Y aunque suene a cuasianarquismo, he de decir que esto ha ido creando una especie de conciencia de ineptitud social. Casi diría que la conciencia de clase ha sido extirpada y en su lugar queda esta conciencia de ineptitud social, "nosotros mismos no somos capaces de resolver nada, mejor dejárselo a profesionales y expertos". Claro que, de acuerdo con esto, la eficacia del sistema depende de la eficacia del profesional y algunos distan mucho de estar a la altura -mención por méritos propios a nuestro alcalde en Granada-.

No sólo no nos sentimos capaces como sociedad de lograr un cambio, sino que incluso no sentimos que nuestros problemas sean realmente nuestros sino que más bien son problemas políticos. Sinceramente le encuentro muy poca lógica a decir que el paro o el terrorismo son problemas del Gobierno de Zapatero, son problemas nuestros -de todos nosotros- pero parece que refiriéndonos a ellos como tal nos quitamos el muerto de encima. Suponer que Zapatero tiene que solucionarlos porque le hemos elegido para ello es como decir que los ciudadanos somos unos ineptos y no podemos hacer frente a nuestros problemas. Habrá quién piense que esto es así, que desde que el mundo es mundo siempre ha habido alguien que por encima de nosotros nos gobierne porque el pueblo no tiene la suficiente inteligencia como para poder hacerlo por sí mismo, pero ¿hasta que punto esa ineptitud es cierta? ¿y si sólo es una ilusión más, que existe porque nosotros lo creemos así?

Sí, muchos pensarán que sin gobierno no somos nada, pero yo quiero pensar que en realidad una sociedad funciona si la hacemos funcionar. Si hoy en día el trabajador está viendo recortados sus derechos no es por otra cosa que por inactividad, ¿quién sino nosotros va a solucionar esto? Quizás el mayor problema no sea tanto lo que se ve como lo que queda oculto, quién ha maquinado esa debilidad es quién hoy se aprovecha de ella: el político deshonroso y el patrón explotador.


Que mejor para terminar que las palabras de Marcelino Camacho, gran luchador y mejor persona,
"ni nos domaron, ni nos doblaron ni nos van a domesticar".




25/10/10

De Francia siempre vinieron nuevos aires...



Resignarse, permanecer callado, asustado e inquieto por el futuro, sin levantar la mirada ni tan siquiera la voz es hoy una práctica mundana. Escondidas quedan las ganas de luchar por nuestro mundo y nuestros intereses, y criminalizadas están las voces que señalan al sistema como injusto.

Vivir bajo el miedo no es libertad, vivir pensando que alguien ya arreglará los problemas no es conformismo, roza la cobardía.

En las peores situaciones se esperaba un resurgir, tímidas voces conspirando...aquí ni tan siquiera eso. Hemos perdido la conciencia de clase, no sabemos de donde venimos ni porqué luchamos.

Porque hoy es el pueblo quien teme al gobierno, cuando debería ser al revés. Tomemos nota de lo que es un verdadero pueblo, el que se une frente a la adversidad, el que se niega a ser manipulado por el sistema, el que grita, el que no permite que le callen...

Eso es el pueblo y no un conjunto de ciudadanos a las órdenes de su pastor...


La pregunta sigue siendo la misma: ¿estamos dispuestos a permanecer sentados mientras atacan nuestros derechos?

11/10/10

El olvido


El sábado pude ver en TVE una película sobre el fascismo y la guerra civil que me impactó bastante. Se trata de "La Buena Nueva", no sé si algunos de vosotros la vería o ya había tendido la opotunidad de verla antes. Para mi gusto la película es muy buena, no es una película que se centre exclusivamente en lo sangriento ni tampoco es demasiado sentimentalista. Narra el conflicto vital por el que pasa un cura cuando observa que su Iglesia apoya y respalda una guerra y la matanza de personas simplemente por tener unas ideas diferentes.


Creo que esta película muestra un punto muy importante de nuestra historia como fue el papel que tuvo la Iglesia Católica en la guerra civil, que la convirtió poco menos que una cruzada con el objetivo de recuperar el poder que había ido perdiendo durante la república y con ello hizo de ella un episodio aún más sangriento. Mató en el nombre de Dios y blandiendo la excusa de que anteriormente los republicanos y anarquistas habían saqueado sus conventos, violado a sus monjas y asesinado a sus curas. Si nos ceñimos a la historia es cierto que ello sucedió, pero con dos notables matices:
-El número de eclesiásticos asesinados nunca fue tan alto como el número de personas que ellos asesinaron.
-Quienes mataron a estos eclesiásticos fueron, por decirlo de alguna manera, una centena de exaltados; en cambio el bando falangista asesinó con el permiso y la orden de las autoridades.
Sorprende que ahora la Iglesia trate de enterrar ese punto oscuro en su historia, así como lo intenta hacer con la Inquisición o los casos de pederastia, eludiendo el tema o bien esgrimiendo que "todos somos pecadores" (palabras del obispo Camino sobre la pederastia, pero qué bien podrían servir para esto).


De hecho tengo un leve recuerdo respecto a este tema. Cuando acudía al instituto yo tenía clase de religión (era opcional) y un día la profesora propuso escribir en un papel el tema sobre el que queríamos que ella hablara, yo le entregué un papel que más o menos decía: "La inquisición y la participación de la Iglesia en otras matanzas". Menos mal que era un ejercicio anónimo, porque la profesora no puso muy buena cara cuando lo leyó en voz alta y con un "Bueno, siempre ha habido manzanas podridas dentro del cesto" descartó hablar del tema. Hoy en día continúa ocurriendo lo mismo.


Continuando con la película, también resalta que en muchas ocasiones los asesinatos y acusaciones no tenían mayor fundamento que la venganza personal o la ira, especialmente en los lugares pequeños. Pero el punto que especialmente me impactó de la película fue el anonimato de los asesinados, tema tan candente hoy en día. El cómo eran fusilados y arrojados a una fosa común, sin posibilidad de que nadie conociera nunca el paradero de su cuerpo; una forma cruel de enterrar no sólo un cuerpo, sino una vida, una lucha y un ideal. El tema casi central de la película, basada en hechos reales (además la directora es familiar del cura), es de hecho la labor que realiza el cura anotando donde se encuentran las diversas fosas y quién yace en ellas, porque como él mismo dice "Ya los han matado una vez, no dejaremos que los maten una segunda con el olvido". En un determinado momento incluso menciona que treinta años después de esos sucesos los familiares podrán conocer la verdad.


Resulta muy triste, y creo que la directora incluyó esa mención expresamente por ello, que hoy, cuando ese plazo de tiempo se ha cumplido, los familiares continúen esperando la verdad. Que tantos años después aún no conozcan el paradero de sus antepasados, que su vida y su lucha parezcan quedar relegadas al olvido. Y sorprendente e indignante a la par resulta que por una vez que alguien en este país busca justicia (obvia mención a Garzón), se encuentra con que los fantasmas del 36 siguen vivos, a la caza de todo aquel que trate de alcanzar la verdad. A mi parecer no sólo es una cuestión de justicia, sino de dignidad. Esas personas, fusiladas sin compasión por no alabar un régimen inhumano, merecen respeto por la lucha que ejercieron, y no quedar olvidadas porque forman parte del pasado. Lo queramos o no, el facismo forma parte del presente de España, así como conforma su pasado. Enterrar el pasado, literalmente, no va a servir para enterrar la historia ni las atrocidades que se cometieron, y sólo conociendo los errores del pasado podemos avanzar hacia el futuro. Ya estamos notando los efectos que está teniendo el enterrar el pasado, por poner un ejemplo el crecimiento del fascismo entre los más jóvenes (recordemos que el fascismo es ignorancia).


A los que dicen que se deje de remover el pasado, yo les contesto que no es pasado sino presente. Muchos no dejaremos que esto caiga en el olvido, porque quienes lucharon por defender la democracia y la libertad merecen su pequeño papel en la historia. El recuerdo es el peor castigo para aquellos que sembraron la muerte y la represión. Nuestras voces han de ser la caja de resonancia de la lucha de aquellos que aún yacen olvidados. Esta película es ante todo un homenaje a ellos, un intento de que su historia no caiga en el olvido.


Termino como termina esta película, con una pincelada de esperanza; pueden matar a la persona pero jamás matarán la idea. Como dice la canción de abajo, menos mal que con los rifles no se matan las palabras.




Perdonad que últimamente no os visite mucho, estoy un poco atareada. Espero en breve tener un poco más de tiempo.

30/9/10

Huidos y escondidos



Detrás de palabras hirientes y malogradas estás tú, odio irracional, expresión primera del hombre.
Detrás de los espejos se esconde a buen recaudo la belleza, esperando mostrarse ante su víctima.
Detrás de la pared se esconde el mundo real, furtivo, salvaje y enamorado de la anarquía.
Detrás del velo se esconde la dignidad de una mujer, la belleza de sus rasgos lapidada.
Detrás de palabras francas y exhumadas está la pasión, la huida del cautiverio, que cansada de esconderse ha dado la cara al mundo.


Éste, plagado de secretos, estafas y huidas, no se siente capaz de soportar el peso de la sinceridad ni la belleza de la verdad.


El mundo da la espalda a ello y alquien llora en un rincón. Llora sus penas y su frustación, su desilusión.


¡Acaba de huir la esperanza! -grita alguien.
No es posible -dice otro-porque la guardo yo.


29/9/10

HUELGA GENERAL


Finalmenté logré despejar mis dudas, agradezco vuestros comentarios en la anterior entrada (que responderé cuando tenga un minuto) puesto que me ayudaron a aclararme y a ver la situación desde distintos puntos de vista.
Sí, quizá los sindicatos no estén en su mejor momento, pero esta huelga es del trabajador y este es un momento para lograr mediante la unidad un objetivo común: la defensa de nuestros derechos.

26/9/10

29-S ¿Circo mediático?


A pocos días para la huelga aún no tengo absolutamente claro que hacer ese día. Se me presenta un extraño conflicto de ideas, por un lado creo imprescindible formar parte de ella puesto que hemos de defender nuestros derechos ante quienes los están recortando y maltratando; pero por otro lado no quiero dar mi apoyo a los sindicatos mayoritarios (CCOO y UGT) ni bailar al son que han marcado.

A modo de exposición de motivos, desde mi punto de vista esta huelga debía de haber tenido lugar mucho tiempo atrás, no sólo antes de que la reforma laboral fuera algo definitivo y cerrado sino cuando comenzaron a emplearse una serie de políticas que perjudicaban al trabajador. Ahora, una vez que la reforma es algo palpable y de difícil retroceso, las posibilidades de que algo cambie han mermado bastante, dado la tardía reacción.

Por otro lado, no puedo evitar mostrar no sólo mis discrepancia con algunos sindicatos sino también mi desconfianza hacia ellos. ¿Realmente se mueven actualmente en beneficio de los trabajadores o están mirando más bien por su interés? Siendo sincera, creo que todo lo que CCOO y UGT han montado en torno a esta jornada de huelga ha sido una especie de paripé para dar la imagen de actividad, una especie de circo mediático para dar la impresión de estar haciendo algo por el trabajador.

Creo que hay mucha gente que se encuentra en la misma situación que yo, no sabe si ir o no porque considera que la gestión de determinados sindicatos no ha sido la correcta. Personalmente no me agrada la idea de acudir el 29 para bailar al son que ellos han ido marcando en el último mes, para que al día siguiente puedan decir que hubo no se cuantos miles de personas que les apoyaron. Pero está claro que no dejaré la lucha a un lado ni permitiré que con mi ausencia se de un paso atrás, acudiré a la huelga en defensa del trabajador, y no como apoyo a CCOO y UGT.

El 29-S es una fecha para el trabajador, no para algunos sindicatos.

17/9/10

Legados indeseables


Bien es sabido por todos que nuestras ciudades siguen estando pobladas de estatuas y conmemoraciones dedicadas a personajes históricos que no destacaron precisamente por su labor social, intelectual ni cultural y que sin embargo tienen ese hueco honorífico en nuestras calles.


Paseando por las calles de Granada capital se puede uno encontrar varios monumentos que conmemoran la figura del dictador Primo de Rivera, uno de ellos es una estatua ubicada en una pequeña plaza cerca de la Fuente de las Batallas y otro es un grabado en el lateral de la Catedral de Granada, abajo podéis ver con detalle ambos.

(detalle de la estatua)

(grabado en la Catedral)

Es algo incomprensible que después de casi treinta años del final de la dictadura y tras una Ley de Memoria Histórica que recoge que dichos símbolos han de ser retirados de la vía pública, éstos permanezcan en el mismo lugar en que fueron plantados hace años.


A pesar de que IU y PSOE, así como grupos de intelectuales y ciudadanos, llevan años intentando que esa estatua sea retirada de la plaza, el PP se niega a ello. Entre sus argumentos en pro del monumento destacaría uno que me ha causado hasta gracia: "La Memoria Histórica ve manos facciosas y cosas muy raras, pero la verdad es que la gente que pasa por allí no ve nada de eso. Además la escultura lleva 30 años allí y nadie ha hecho nunca nada por quitarla" Prácticamente están tachando de paranoicos y exagerados a quienes no quieren que esa estatua esté ahí.


La verdad es que yo no puedo evitar lanzar una mirada repulsiva cada vez que la veo, que ya puede ser una obra de arte o lo que ellos quiera que sea, pero que si de tan elevado gusto artístico les parece que la lleven a un museo. No creo que sea agradable para ningún extranjero el visitar nuestra cuidad y percatarse de que yace ahí semejante monumento. Es como ir de visita a Alemania y encontrar una estatua de Hitler, a mi me chocaría muchísimo y me haría pensar que ese país continúa defendiendo a un dictador y genocida. De hecho ni en Italia ni en Alemania hay estatuas de Mussolini ni de Hitler.


Manteniendo este tipo de símbolos en nuestra calles esa es la visión que estamos dando, de tolerancia con la opresión y la dictadura, de ser una democracia bananera. Hecho que no hace más que acentuarse cuando abres una revista del corazón o enciendes la tele y observas que los descendientes del caudillo no sólo continúan viviendo en España sino que son personajes reputados y queridos por muchos ciudadanos. Es evidente que en nuestra transición hubo huecos, huecos que el tiempo ha ido ensanchando y que se han convertido en verdaderas incongruencias.


Una estatua de Franco o Primo de Rivera no es arte ni historia, es el culto a unas ideas fascistas que se llevaron por delante la vida de miles de personas y que oprimieron a otras tantas. ¿Porqué hemos de tolerar el culto público a semejantes individuos?


10/9/10

Salvando las distancias

(Puesta de sol en Torrenueva, en la costa granadina)



Dice la canción que cuando un amigo se va algo se muere en el alma, pues así me siento yo. Dorian, este post es un pequeño homenaje a tu persona en un intento de que el tiempo pase rápido hasta tu vuelta. Afortunadamente las nuevas tecnologías harán más llevadera la distancia, y seguro que antes de que Indie y yo nos hundamos en la melancolía y el recuerdo tú harás acto de presencia por estas conflictivas tierras.

Te dejo con un poema de Luis García Montero, granadino al igual que nosotras, para que no olvides las calles que tantas veces pisaste y obviamente con esa canción que tanto hemos bailado/gritado/cantado/saltado.


SONATA TRISTE PARA LA LUNA DE GRANADA

Esta ciudad me mira con tus ojos,
parpadea,
porque ahora después de tanto tiempo
veo otra vez el piano que sale de la casa
y me llega de forma diferente,
huyendo del salón,
abordando las calles
de esta ciudad antigua y tan hermosa
que sigue solitaria como tú la dejaste,
cargando con sus plazas,
entre el cauce perdido del anhelo
y el abrigo del mar.


Si estuvieras aquí
nada hubiese cambiado sino el tiempo,
el cadáver extrañado de sus ríos
que siguen sumergidos
como tú los dejaste.


Ahora
siento otra vez mi cuerpo poblarse de veletas
y lo veo extendido
sobre generaciones de ventanas antiguas
mientras la noche avanza solitaria y perfecta.


Somos de una ciudad
cargada de paciencia,
que no conoce el sueño de los invernaderos,
ni ha vivido la extraña presencia del amor.


Como pequeñas venas
los comercios esperan para abrirse mañana
y el deseo no existe
más allá de la luna de los escaparates.


Hemos soñado ya todos los sueños,
hemos vivido aquí
donde la historia olvida sus raíles vacíos,
donde la paz es negra y se recoge
entre plazas cerradas,
sobre tabernas viejas,
bajo el borde morado del misterio.


Alguna vez soñamos
con un mundo distinto:
era cuando el imperio perdido del azúcar
y llegaban viajeros
al calor de la industria.
Las calles se llenaron de motores rugientes
y la frivolidad
como una enredadera brillante por los ojos
nos ofreció de pronto
templada carne, lámparas de araña.


Parece que os recuerdo
abrazados al mundo entre trajes de hilo,
entre la piel hermosa de una época
que nos dejó sus árboles,
el corazón grabado
sobre las pitilleras, y su dedicatoria
en las fotografías.


Ahora
cuando el destino ya no es una excusa
sino la soledad,
y los cielos están bajo el tejado
como tú los dejaste,
todo recuerda un sueño sucio
de madrugada.


Aquí
no tuvimos batallas sino espera.
La guerra fue un camión que nos buscaba,
detenido en la puerta,
partiendo con sus ojos encendidos
de espía
y al abrigo del mar.
Más tarde
entre canciones tristes de marineros rubios
todo quedó dormido.
De balcón a balcón
oímos la posguerra por la radio,
y lejos,
bajo las cruces frías de las plazas,
ancianas sombras negras paseaban
sosteniendo en las manos
nuestra supervivencia.


Esta ciudad es íntima, hermosamente obscena,
y tus manos son pálidas
latiendo sobre ella
y tu piel amarilla, quemada en el tabaco,
que me recuerda ahora
la luz artificial del alumbrado.


Vuelvo hacia ti. Mi corazón de búho
lo reciben sus piernas.
Como testigos mudos de la historia
acaricio las cúpulas perdidas,
palacios en ruina,
fuentes viejas
que recogen la luna
donde van a esconderse los últimos abrazos.


Verdes en el cansancio
de todas las esquinas
esta ciudad me mira con tus ojos de musgo,
me sorprende tranquila
de amor y me provoca.


Amanece
moradamente un día
que las calles comparten con la lluvia.
La soledad respira más allá
de las grúas
y mi cuerpo se extiende
por una luz en celo que adivina
los labios de la sierra,
la ropa por las torres de Granada.


La madrugada deja
rastros de oscuridad entre las manos.
Oigo
una voz que clarea. Lentamente
los tejados sonríen cada vez más extensos


y así,
como una ola,
entre la nube abierta de todos los suburbios,
esta ciudad se rompe sobre las alamedas,
bajo los picos últimos
donde la nieve aguarda
que suba el mar, que nazca la marea.

("El jardín extranjero", 1983)

7/9/10

Inocencia interrumpida


Si en mi última entrada hablaba de como nos hemos acostumbrado a que los políticos cometan delitos, hoy hablo de otra cuestión aún más preocupante, el como los niños se han acostumbrados a ciertas actitudes. Cuando se habla con niño pequeño siempre se alude a su inocencia y su pensamiento puro, su mente a esa edad no está aún moldeada por la sociedad, ello conlleva que no poseen prejuicios y que muchas cosas que nosotros consideramos normales ellos no las entienden, quizá porque relamente no sean tan naturales como nosotros las vemos.


Pongo un ejemplo clásico, cuando los niños comienzan a interesarse por lo que les rodea suelen preguntar a sus padres por qué trabajan y estos suelen contestar que lo hacen para ganar dinero y poder vivir. Sin embargo ellos no entienden que sea necesario pasar tantas horas haciendo algo que no gusta sólo para ganar dinero, cuando para nosotros es algo absolutamente normal.


Los niños tienen un modo de ver la vida y la realidad que les rodea, así como de vivirla, que carece de maldad e interés material; encanto que se rompe a medida que se ven forzados a modificar su conducta "políticamente incorrecta" para adaptarla a los reglas sociales. En cierto modo, la forma en que los niños observan y aman la vida es más correcta y natural que el modo en que lo hacemos nosotros, ya que adornamos nuestra existencia con una serie de reglas injustas que usualmente sólo nos benefician a nosotros, y la basamos en el interés y bienestar personal.


Sin embargo, en muchos casos los niños pasan a ser adultos o a pensar como ellos rápidamente, el tránsito a la madurez es inmediato. Me refiero a dos tipos de casos, aquellos en que se ven obligados a trabajar y a asumir obligaciones que no les corresponden, y aquellos otros en que sus mentes están dominados por ideas que distan mucho de contener esa pureza infantil.





En el primer de los casos estamos hablando de la conocida explotación infantil, situación que se da especialmente en los países en desarrollo donde las familias no tienen dinero para subsistir y los niños se ven forzados a trabajan en lugar de estar jugando o estudiando. Es una de las situaciones que más tristeza e impotencia me producen; niños que no tienen la oportunidad de disfrutar su infancia, sometidos a un régimen de trabajo durísimo y cuyas ilusiones, esperanzas y sueños se ven quebrados por la miseria.


Pero hoy me quiero referir en especial a ese segundo caso, niños que portan ideas algo inusuales dada su edad e inocencia. Hablo de la habitualidad con la que muchos niños de en torno a diez años hablan de la guerra y la violencia, como si fuera algo perfectamente natural y racional. Puede que nosotros los adultos consideremos normal que un país "democrático" invada otro para instaurar en él la paz (aunque he de decir que yo no lo considero normal y sé que muchos de vosotros tampoco, pero a nivel general por desgracia es considerado así), pero que un niño vea esto normal me inquieta. Apuntaría como causa principal de este fenómeno los videojuegos de guerra y violencia, que los habituan a ella y tienen además un efecto perjudicial en el niño, ya que puede llegar a incentivar su agresividad. Pero tampoco podemos olvidar que los niños imitan el comportamiento de los padres y si observan que sus progenitores no se alteran al tener noticia de guerras y sucesos violentos ellos aprenderán a verlo como algo que ocurre todos los días, una concepción cotidiana de la violencia que lleva a que sea considerada casi como inevitable y natural. Es ahí donde creo que radica la peligrosidad de tal concepción: nadie hace nada para evitar las guerras porque son algo cotidiano, algo que ha de ocurrir y que no se puede evitar. La guerra se convierte en poco menos que en lo que hemos convertido el hambre en los países en desarrollo, un fenómeno habitual y cais natural que no puede corregirse porque "es así". Aceptamos que millones de personas semejantes a nosotros han de morir víctimas del hambre, la enfermedad o la guerra porque es lo que les ha tocado, porque han tenido la mala suerte de nacer al otro lado de la frontera, ¿es esto realmente lógico?. Muchos dirán que no, pero que es lo normal. Oír a un niño decir esto mismo tiene un mayor impacto porque el día de mañana su opinión probablemente no cambiará, y si imaginamos que el futuro depende de los niños de hoy en día la situación se torna negra.

Pero el verdadero centro de la cuestión, lo que realmente despierta mis temores, es el racismo en niños de tan corta edad; es un fenómeno que se está extendiendo enormemente y que no es natural en niños. El otro día comentaba una compañera que un día preguntó a varios niños si ellos se sentarían al lado de un niño negro, ¿qué creéis que ocurrió?, pues que muchos respondieron que no. Resulta difícil de creer que a una edad tan temprana puedan mostrar ese tipo de aptitudes que son usuales en muchas personas adultas. Y del mismo modo considero que la razón de que tengan ese tipo de prejuicios es de los padres, los mismos que envían a sus hijos a colegios privados porque el número de alumnos extranjeros en los públicos es alarmantente alto. Esos padres, que ante todo creen mirar por el bien de sus hijos y lo que están haciendo es marcarlos con el hierro candente del racismo, deberían replantearse muchas cosas.

Porque cuando hablamos de infancias rotas, niños que no sienten ni actúan como tal, yo incluiría a estos que son víctimas de las ideas perjudiciales de su entorno, tanto familiar como social; sin olvidar que la televisión, esa gran caja boba, tiene también una gran responsabilidad en este asunto.

1/9/10

Los delitos de los poderosos




Después del periodo estival, caracterizado en el mejor de los casos por el descanso al sol y la relajación de cuerpo y mente, nos vemos obligados a retomar las rutinas y obligaciones que dejamos aparcadas. Y es que a la bueno uno se acostumbra pronto, pero también a lo malo, al menos en lo que a algunos sectores se refiere.

Me desagrada y disgusta observar que hemos terminado habituándonos a una serie de conductas llevadas a cabo por nuestros dirigentes políticos, hasta el punto de llegar a considerarlas habituales e incluso normales. Me refiero en primer lugar a esos delitos que suelen poblar la prensa, tales como tráfico de influencias, prevalicación o cohecho. Puedo señalar diversas figuras, "El bigotes" o Ricardo Costa, pero hoy me refiero en especial a Camps. Cual fue mi sorpresa hace un par de días (el sábado pasado) al abrir el periódico y leer que este señor, imputado en la trama de corrupción Gürtel por aceptar supuestamente unos costosos trajes, va a ser de nuevo candidato a la presidencia de la Comunidad Valenciana por el PP. Me parece algo incoherente que un partido político continúe aceptando entre sus filas a alguien que puede haber cometido un delito; aunque hay que matizar que el Tribunal acordó el sobreseimiento el asunto, éste no está plenamente cerrado y puede que la investigación se reabra.

Un pilar básico del sistema político es la confianza en nuestros representantes, ¿cómo confiar en alguien que no se sabe si ha delinquido o no? Si se hubiera probado de forma efectiva que Camps no aceptó ese soborno no me plantearía esta cuestión, pero el problema es que no lo sabemos. Que un partido político permita que alguien de dudosa honradez continué entre sus filas denota que o bien el partido tampoco anda sobrado de la misma o bien que confía en que es inocente; personalmente yo no pondría la mano en el fuego por Camps. Pero peor aún se plantea el asunto si lo miramos desde el lado de los votantes del partido, que permiten a su vez que una persona de dudosa reputación les represente. En este caso ocurre lo mismo, unos creerán que no lo hizo y a otros, sorprendéntemente, les importará bien poco.

Pero si hay algo a lo que verdaderamente nos hemos acostumbrado, y que me irrita más que este pequeño asunto de Camps, es a no tachar de delincuentes a aquellos que cometen este tipo de delitos económicos y políticos. Cuando se habla de delincuente siempre se menciona a quién realiza delitos de hurto o robo, vandalismo, asesinato, etc. Y muchas veces se incluyen connotaciones racistas o discriminatorias en esta definición, dirigidas sobre todo al colectivo rumano, gitano o musulmán y a los drogodependientes. Incluso gente que se considera no racista tiene la firme creencia de que los rumanos vienen a nuestro país a delinquir, y este pensamiento es alarmántemente habitual en todos los sectores sociales. Para mí no existe esa diferencia entre los delitos de los pobres y los de los poderosos, y no veo normal que éstos últimos sean juzgados de forma más benevolente por la sociedad. Camps, por continuar con el ejemplo, si hubiera delinquido sería igual de delincuente que yo si robara un CD en el Corte Inglés; de hecho sería igual de delincuente que un rumano que robara en un supermercado.

Y es aquí, en ese plano de igualdad en el que no parecen estar a nivel social estos tipos de delitos, donde se aprecia la importancia de ciertos matices. Los delitos de los poderosos tienen una connotación añadida de la que suelen carecer otros delitos, y es que "el poderoso" nunca se dejará sobornar por necesidad sino por avaricia, interés o mero gusto. Produce una cierta irritación el observar cómo este tipo de gente que tiene un sueldo aceptable desee aún más y tenga la poca honradez de llegar a cometer un delito para colmar su avaricia y ansias de poder, y más horror aún que no sean calificados de delincuentes aún cuando estén probados sus delitos. Volviendo a Camps, y para cerrar el círculo, no lo califico de delincuente porque obviamente aún no hay una sentencia firme sobre el asunto, pero si se llega a probar será al menos para mí un delincuente y no un político corrupto, término suavizador que suele emplearse.

Dejando a un lado el problema del empleo del término delincuente, lo cierto es que sigue siendo muy triste el que alguien se meta en política llevado por intereses económicos o de poder, en lugar de hacerlo llevado por un ferviente deseo de mejorar lo presente y ser la mano, que no la voz, del pueblo que ha confiado en él.



17/8/10

Juguemos a ser modernos




-Me tengo que subir ya –anuncia un joven muchacho en la concurrida reunión.
-¿Porqué? Todavía es pronto –le dice otra al ver que su intención es, efectivamente, la de marcharse.
-Tengo que hacerme la comida, unos filetillos y algo de patatas –explica el muchacho.
-Que te la hagan tus hermanas –indica otro rápidamente.
-¡Hombre, para eso están ellas! –responde el muchacho sin pizca de sarcasmo- Pero es que estoy solo.
-Las mujeres son quienes han de cocinar –exclama otro entre risas.
Se escuchan risas generales en el grupo ante esas ocurrencias y el muchacho se marcha a su casa para cocinar algo. Largos minutos más tarde nuevamente baja junto al resto de muchachos.
-Ya está solucionado –exclama tomando asiento de nuevo- He puesto todo en orden.
Imagino que ya habrían llegado a casa sus hermanas y las había dejado a ellas cocinando.

 
Esta por desgracia no es una conversación ficticia, siquiera pertenece a otra época; he podido escucharla hoy en la sombrilla contigua. Tampoco es una conversación mantenida entre personas que pertenezcan a generaciones anteriores, que irremediablemente absorvieron ideas y pensamientos que poco tienen de gratificantes hoy en día. No, es una conversación mantenida entre personas más jovenes que yo, que rondan los 17 años.
No he podido evitar escuchar sus palabras, ya que estaban a pocos pasos de mi, y tampoco he podido refrenar una mueca de espanto. No tanto por ellos, los jóvenes muchachos que emitían tan extravagantes declaraciones; sino por ellas, las chicas que les reían la gracia.
Me resulta vergonzoso en un hombre escuchar semejante opinión sobre el papel que ha de tener una mujer, de hecho en todas las ocasiones en que algun conocido ha dirigido en mi presencia expresiones de ese tipo no he podido evitar reprobar sus palabras. Pero que una mujer joven se ría de semejante atropello a la dignidad del resto de su género me parece indignante. Ninguna de las dos muchachas que había en la reunión dijo nada sobre aquello. Detrás de esa fachada de jóvenes modernos se esconde una mentalidad retrógrada, alimentada (imagino) por una familia con las mismas ideas conservadoras.
Por fortuna sólo es una conversación aislada, muchos jóvenes no tienen esa opinión sobre la mujer; pero sin duda da mucho que pensar. Tener 17 años y portar una mentalidad de 80 asusta un poco... 



Espero que estéis disfrutando las vacaciones, a mi ya me queda poco para volver.

31/7/10

Posdatas


Entre el sol y la arena se cuelan algunos pequeños pensamientos, reivindicaciones, opiniones y preguntas sin respuesta.






En ocasiones me pregunto donde quedó el culto al sentimiento, en que lugar quedó olvidado o en qué momento decidimos anteponerlo. ¿Quién ha tenido el lujo de experimentar una escena shakesperiana y no sentinse enfrasacado en una pequeña parodia? ¿Quién recibe una flor como regalo y no como cumplido? ¿Quién da sin querer recibir? Antaño el amor pecaba de moralidad, hoy peca de superficialidad.







PROHIBAMOS PROHIBIR
El verdadero avance no nace de la imposición sino de la reflexión. No se puede cambiar la realidad social sin que ello pase por un cambio de mentalidades. Disfrutar con el sufrimiento de un animal puede que sea malo y llevar un Yihab puede que sea un símbolo de sumisión; pero ni yo no soy juez de nadie ni quienes creamos esto podemos imponerlo al resto. Mejor luchar por el cambio desde otro lado, no mediante la prohibición.






 
Cospedal con una palestina, un niño pijo con la camiseta del Che Guevara o un oyente de Britney Spears con la de los Ramones...¿qué sorpresas nos continuará deparando la moda? En el caso de esta señora no lo calificaría tanto de moda sino de uno de los muchos intentos de su partido por ser algo que no son: sensatos, humanitarios, interesados por el pueblo y por las causas sociales. Hago una pequeña reivindicación en nombre de una amiga:
THE RAMONES NO ES UNA MARCA DE CAMISETAS



 




Continúo preguntándome donde quedó la buena música, es más, en que rincón se esconden los músicos con talento. Salvo contadas excepciones, hoy la música no es una arte sino más bien un espectáculo; un bien mercantilizado. Proliferan, especialmente en verano, las canciones con melodías pegadizas y simples y letras repetitivas. No hay pasión en el sonido de una guitarra, ni poesía en una letra...es el arte vacío de todo valor y contenido.






15/7/10

Se apagó la llama



Y mira que en principio iba a comenzar hablando de un tema relajado, pero al final no he podido frenar mi impulso de hablar sobre la situación política. En estos meses que he estado estudiando la sincera verdad es que he atendido poco a lo que pasaba en el mundo, bastante presión y agobio me dominaban como para ver en los telediarios más batallas campales ZP-Rajoy. Pero claro, al volver de nuevo a la realidad la politíca me ha salpicado de lleno.

Por problemática política hasta el Mundial la ha tenido. Por un lado indignados ciudadanos quejándose en los mensajes de Veo7 e Intereconomía sobre la denominación de "La Roja", para ellos es todo un insulto que la selección haya sido bautizada con este nombre; quizá hubieran preferido algo como "La Azul". Olvidan el pequeño detalle de que importa poco el nombre y de que este desde luego si hace alusión a algo es al color de la camiseta y no a ideas políticas de ningún tipo. Por otro lado los tertulianos en las mismas cadenas rajando sobre el tema Zapatero-Selección, porque según ellos este quería anotarse el tanto del triunfo en el Mundial (??) A esto ya no le encuentro explicación posible, imagino que semejantes debates los harían cuando aún estaban de resaca por las celebraciones.

Curioso que estas cadenas sean las únicas preocupadas por semejantes asuntos (por no decir que en el resto esto siquiera se ha escuchado), bien porque son las únicas que tratan los temas que les interesan a los ciudadanos (esto es sacado de su eslogan), pero más bien porque siendo una cadena "monotema" (anti-ZP y anti-rojos) con cualquier pequeñez tendrán que rellenar su programación. Pensado fríamente estas cadenas tienen un gran mérito, no es fácil emitir 24 horas de programación hablando siempre de lo mismo y encima tener una buena audiencia. Aunque no le quitemos importancia a su mayor hazaña, lograr que miles de personas se sientan insultadas cuando las sintonizan; como es el caso del colectivo homosexual, con el que suelen cebarse. De hecho hace poco multaron a Intereconomía debido a un anuncio que emitieron sobre el Día del Orgullo Gay.

Con la culminación del Mundial, y pasadas las celebraciones, parece que somos un poco más conscientes de lo que ocurre alrededor y las aguas políticas han vuelto a agitarse. El tema del aborto se ha suavizado un poco, el del Estatuto Catalán esté en pleno apogeo y el duelo ZP-Rajoy ayer llegó a esferas aún más altas en el Debate de la Nación. La verdad que no tengo interés en comentar todos estos temas, e imagino que todos ya estaréis saturados de información sobre ellos.

Pero a nivel general puedo decir que estoy decepcionada con la política porque sigo viendo el interés de los políticos pero no el nuestro. Porque decimos preocuparnos por la política, pero si nos importara realmente nos implicaríamos en ella para intentar cambiarla. Porque no hay libertad de expresión sino libertad de insulto. Porque en lugar de permitir, prohibimos cada vez más conductas.

En mi casa son muy aficionados a ver "Cuéntame" y me llamó mucho la atención de esta serie el hecho de que había gente que temía el cambio, pero también existía mucha otra que luchaba por él. En determinados momentos de nuestra historia el pueblo fue consciente no sólo de su poder sino de su legitimación; fue consciente del papel que representaba y luchó por poder ejercer sus derechos. Hoy en día parece que temamos el cambio, ya sea a peor o a mejor; o quizá es que consideramos que no queda nada por hacer. Tampoco somos conscientes de nuestros derechos, sabemos que los poseemos y los utilizamos pero no los valoramos. ¿De qué sirve tener un derecho si su valor para nosotros es nulo?

Puede que realmente hayamos sufrido una involución social y política, que no estemos preparados para la democracia. Es obvio que actualmente algo está fallando, el cuerpo político no es coherente; y creo que el fallo somos nosotros y no nuestros representantes. Nosotros que no éramos conscientes de lo que teníamos, ni nos hemos esforzado por mantenerlo y que ahora lloramos cuando comienza a perderse. El espíritu democrático lo hemos dejado marchitar con nuestro conformismo y nuestra actitud despreocupada. Hemos apagado esa llama de cambio que un día se encendió.


Me marcho en poco tiempo de vacaciones, así que este espacio estará un poco menos activo. Procuraré visitarlo todo lo que pueda.
¡Que paséis unas buenas vacaciones!