21/9/09

Cuestiones del mañana

Hay una frase que dice: "Quién tiene menos de 30 años y no es liberal, no tiene corazón. Quién tiene más de 30 años y es liberal, no tiene cerebro"

Muchas veces, quizás demasiadas, me encuentro pensando en los estragos que el paso del tiempo provoca en nuestras ideas, en nuestra forma de ser o en nuestras ilusiones. Conozco mucha gente que ha cambiado radicalmente en pocos años, debido (supongo) a que la adolescencia es ese periodo en el que la gente comienza a formarse como persona interiormente. Evidentemente también me ocurrió a mí, podría decir que soy una persona muy diferente a la que era con 13 0 15 años. Creo que lo poco que ha perdurado en mí ha sido esa ilusión por todo lo que hago, ahora orientada hacia otros lares.

Cuando pienso en todo ello me pregunto si volveré a cambiar, igual que ocurrió en aquel entonces. Porque aunque todos estamos en constante cambio, hay dos momentos en la vida de una persona que hacen sacudir nuestro interior. Normalmente en la adolescencia uno comienza a orientarse hacía la clase de persona que desea ser, pero a esa edad estamos bajo el cuidado de nuestros padres, no tenemos responsabilidades, es todo muy diferente (en cierto modo) a la "vida real". De modo que cuando uno cree que ya está orientado, cae de golpe en la realidad, en el mundo de las responsabilidades, los hijos, el trabajo...(más o menos en torno a los 30). Es en esos instantes cuando dejamos de lado todas esas ideas que habíamos ido madurando y el sistema nos impone las suyas propias, siendo la regla de oro el famoso: cuanto más dinero tengas más feliz serás. Así que a los 30 es cuando se considera que una persona ha madurado lo suficiente porque ha abandonado todos los sueños e ideas que había tenido en su "alocada" juventud y sólo vive para el trabajo y el dinero. Cosas que parecen ser las únicas que importan hoy en día.

Siempre me he preguntado cómo es posible ese cambio radical en una persona, cómo dejar de lado ideas que forman parte de tí porque son con las que has madurado. Sólo se me ocurre una respuesta (dejando al margen el sistema social), y es que la gente no tiene tiempo ni ganas de pensar. Nadie se para a pensar qué hace y porqué lo hace, nadie tiene ganas de malgastar su tiempo reflexionando sobre su persona. Es más fácil adoptar las ideas neutras de otros o simplemente no plantearse cuestiones.

Por eso, llegados a este punto, siempre me he preguntado que sería de mí al cumplir los 30, en que rincón habría dejado mis ganas de luchar, mis ilusiones, mis reivindicaciones. Es una pregunta que no puedo contestar, será el tiempo el que me de la respuesta. Pero tengo la certeza de que lo bueno en una persona siempre perdura, igual que ha perdurado esa ilusión de mi infancia perdurará la esencia de lo que hoy soy.

Es lo único que le pido al mañana, que no deje que me vaya perdiendo por cualquier rincón.



5 comentarios:

Felipe Medina dijo...

Estimada Lia

Cuando nuestra formación está anclada en valores universales e imperecederos(solidaridad,igualdad,generosidad,amor,compromiso...)los cambios en nuestra persona deben ser mínimos a medida que la vida avanza y nos zancadillea.

Si hay convicciones firmes,éstas son muy difícil de espolvorear por más que nuestra existencia quiera ser más fácil.

Un beso

Naveganterojo dijo...

Creo que Felipe te lo ha explicado de forma magistral, no tengas miedo a los cambios, pues los que te conocemos un poco sabemos que siempre seras "Lia revolucionaria".
Un abrazo amiga, ¡¡¡huy, se me ha olvidado al principio del comentario el ya famoso "wenas"!!!,je,je.

severino el sordo dijo...

Amiga hay que tirar para adelante sin olvidar quienes somos ni de donde venimos ,y otra cosa muy importante aunque vieja,vieja trabajar para vivir nunca al contrario,asi ainque los cambios se producen siempre queda una gran parte de lo que quiere ser uno,me di cuenta que cas parezco el consultorio de doña Elena Francis,un saludo.

Naveganterojo dijo...

PD:porfa, porfa, porfa, cuando acabes le libro de Stephen King, haznos un resumen,(soy un fanatico de este hombre,pero este libro aun no lo tengooooooooooooooo).
Un abrazo

Lia dijo...

Wenas!!:

FELIPE: estoy de acuerdo contigo. He apreciado muchas veces que la gente cambia, pero creo que en realidad son cambios superficiales, la esencia de la persona (por llamarlo de algún modo) sigue ahí, aunque muchos intenten camuflarla.

NAVEGANTE: ojalá siempre sea "Lia Revolucionaria", jajaja. El "wenas" es mi típico saludo, no se porqué pero me gusta más que "hola" o "buenos días", es más alegre. En cuanto al libro, me queda mucho más de la mitad, pero prometo que cuando lo lea haré un resumen o hablaré de él, pero sin desvelar el final. Stephen King es uno de mis escritores favoritos, me alegro de que a tí también te guste.

SEVERINO: muy cierto que hemos de trabajar para vivir, y no al contrario, pero mucha gente parece que lo ha olvidado. Lo más importante no es lo que uno tiene sino lo que uno es. Por cierto, nunca he escuchado el Consultorio de Elena Francis, pero me hago una idea...jajaja

Gracias a los tres por vuestros comentarios.
Saludos!!