5/1/10

Curiosas circunstancias


Todo el mundo ha vivido alguna vez situaciones curiosas, ha conocido a personas extravagantes o ha tenido conversaciones extrañas; como si el guionista de "Callejeros" hubiera tomado por momentos nuestra vida como papel en blanco. Sin embargo, por un extraño capricho de la naturaleza, cada vez que Indie, Dorian y yo salimos juntas a la calle, terminamos conociendo a cualquier completo desconocido que es ,al menos, peculiar.
Nunca he contado las ocasiones en las que han ocurrido sucesos de este tipo, pero superan con creces la veintena. Desde un hombre que arrastraba un cuadro destrozado sobre el cual había pintado (a boli) un bigote y varios detalles más, y preguntaba donde podía vender su obra; hasta un encuentro a las tantas de la noche y en la puerta de un pub de ambiente con un hombre con peluca naranja, que nos dijo literalmente: Si no habéis ligado en toda la noche, !aquí os váis a comer una polla! (nunca he escuchado una frase tan acertada).
Pero, sin duda alguna, lo que nos aconteció ayer a Dorian y a mí es probablamente el suceso más surrealista de todos los que hemos presenciado. Voy a contarlo tal y como sucedió, aunque pueda resultar en determinados momentos un relato casi escatológico:
Dorian y yo habíamos quedado esa tarde. Como estaba lloviendo, entramos en un pub que solemos frecuentar para sentarnos  allí tranquilamente.
Cuando casi ibámos a marcharnos, Dorian se fue al servicio y yo me quede en la mesa esperándola. De repente llegó un hombre normal y corriente, de unos cuarenta y tantos, que se sentó en la mesa de al lado. Me miró y me dijo algo que no logré entender, en un primer momento pensé que era extranjero (sobre todo porque es un pub irlandés donde acuden muchos extranjeros), pero luego dijo algo más (que tampoco entendí muy bien, pero que era indudablemente en español).
Justo cuando Dorian volvió de nuevo a la mesa, el hombre me pidió perdón. Dorian me miró y me preguntó si es que el hombre me había dicho algo que no me había sentado bien. Yo le contesté (literalmente): No lo sé. Porque no tenía ni idea de porqué pedía perdón; al principio pensé que podía ser por algo de lo que había dicho y yo no había entendido.
Continuamos hablando las dos cuando el hombre volvió a pedir perdón. Dorian se giró hacia él y le preguntó que porqué pedía perdón. A lo que el hombre contestó que tenía gases, y que tenía que soltarlos en algún sitio. En ese momento ambas hicimos grandes esfuerzos para no reír, porque la situación era un poco extraña. Dorian le dijo que tenía el servicio a tres pasos (ciertamente estaba a tres pasos) y el hombre dijo que la próxima vez iría al servicio.
Repentinamente el hombre dijo: Os voy a hacer un regalo de reyes, señoritas. Y abrió su cartera. (momento en el que empecé a dudar de la cordura del hombre). Creo que ambas pensábamos que iba a sacar dinero o algo por el estilo (yo al menos lo pensé), pero sacó un folio de papel que le dio a Dorian diciendo que aquello era algo que él había descubierto y que era muy importante. El papel contenía un especie de cuenta aritmética (algo como a elevado a no-se-cuanto es igual a no-se-qué). El hombre le dijo que comprobara que estaba bien, dando a entender que era algo muy importante; y ella le contestó que aquella suma era un poco imposible. A continuación el hombre se puso bastante nervioso y reclamó su papel a Dorian, parecía que él pensaba que ella iba a quedárselo (a mi me recordó vagamente a esa escena de "El Señor de los anillos" donde Gollum reclamaba su tesoro)
El hombre pareció calmarse cuando le devolvieron su papel, y se marchó a recoger en la barra su bebida. Momento en el que no pudimos ambas evitar la risa. Poco después volvió de nuevo a su mesa, y nosotras mantuvimos la compostura. No me parece bien reírme en la cara de la gente, por mucho que la situación de pie a ello.
Me marché al cuarto de baño, mientras Dorian recogía nuestras cosas para irnos. En esos minutos de ausencia, tuvo una conversación con él bastante interesante (aunque debería ser ella la que lo escribiera detalladamente). Cuando yo llegué el hombre estaba diciéndole que ella era una mujer muy guapa y que él veía con los ojos del corazón (probablemente las pocas frases racionales que dijo). Al final hasta resultaba agradabe hablar con él, pero su problema persistía.
Con un: van a perdonarme, señoritas; y una ligera inclinación, se tiró un pedo bastante sonoro. Nosotras no podíamos ya parar de reír, mientras él decía que la próxima vez iría al cuarto de baño.
Finalmente abandonamos el pub entre risas, pensando en lo surrealista de la situación.
Puede parecer una historia inventada, pero es una de esas ocasiones en las que la realidad supera a la ficción. Todas estas situaciones curiosas y surrealistas, he de decir que me encantan; quizás porque conoces a gente que tiene algo que contar que escapa de lo cotidiano (sea real o inventado);o quizás porque te cruzas con personas que tienen un encanto especial.
Supongo que cada persona tiene una historia, un pasado, un vicio, una locura o una pasión; tener la oportunidad de conocer a personas que, aparentamente no encajan en el encasillado social, bien porque su cabeza se rige por ideas diferentes a la razón o porque sus pasiones los hacen incapaces de sujetarse a un orden predeterminado, me gusta. Me gusta porque es diferente, porque lo diferente es hermoso, porque de lo diferente se aprende si se sabe apreciar.
No puedo evitar pensar que la locura es hermosa, misteriosa e impredecible. Que quizás la locura sólo es una manera diferente de ver la vida a como lo hace la mayoría, que quizás nosotros somos los locos y ellos los cuerdos...la realidad supera a veces la ficción...



10 comentarios:

Kevin Álvarez dijo...

Una simpática anécdota, jaja, y muy bien relatada, la excentricidad es en ocasiones sinónimo de genialidad.

Un saludo, nos leemos!

Felipe Medina dijo...

Una historia simpática y quizás sea cierto que los que interpretan la vida no convencionalmente sean los que realmente estén en la esencia de ella.

Saludos

Moral y Política dijo...

Lía, me ha divertido bastante el relato. La edad hace que las personas pierdan algo de su formalidad para caer en lo surrealista.

Has oido eso de que los viejos (mayores) y los niños suelen decir siempre la verdad y manifestarse tal como son.

No se cuanto daría el señor en cuestión en el alcoholimetro pero la verdad es que el tiempo hace que uno abandone cierta compostura y haga lo que le pida el cuerpo. No obstante, hay cosas que independientemente de la edad que tengas y lo desenvuelto que seas hay cosas que son dificilmente tolerables. Son simplemente maleducadas. O al menos a mi me lo parece. Palabra de mayor¡

Saludos,

Duende Crítico dijo...

Genial. La verdad es que es una situación curiosa, cuanto menos. Eso sí, hay que tener cuidado con los grados y tipos de locura :)

Un abrazo.

Ciberculturalia dijo...

Una estupenda historia.
Surrealista o no, eso da igual.
Un beso

TwoHeads dijo...

Saludos Lia. Lo que son las cosas. Queria recomendarte la poesia del mejor autor musical de este país , Jose Ignacio Lapido y, al parecer, está más cerca de tí que de nosotros. Haz lo posible por buscar sus textos, si no lo has hecho ya.
Dos muxus.

An Wild dijo...

Jajajaja, escribiré parte de la conversación que tuve con él.

Sin duda para hoy te dejo esta frase del gran Edgar Allan Poe:

"La ciencia no nos ha enseñado aún si la locura es o no lo más sublime de la inteligencia."

No dejé de pensarla cuando salimos del local.

Besos Lia. Me he vuelto a reir como aquel día.

severino el sordo dijo...

Cuando menos curiosa historia,rematada con una estupenda voz.
Muchas veces me he preguntado de que lado se deja caer la locura.
Saludos.

Vergónides de Coock dijo...

Mi sola existencia en sí es curiosa. Suerte.

Lia dijo...

Wenas!!

VERDADES: estoy de acuerdo contigo, la excentricidad a veces supone genialidad; otras muchas supone libertad, el excéntrico es el que dice y hace lo que piensa sin tener en cuenta nada más.

FELIPE: la vida tiene un toque de locura y pasión que difícilmente puede ser fruto de lo convencional, siempre es lo inusual lo que da color a lo que nos rodea.

MIGUEL: es cierto que conforme pasan los años uno se vuelve más formalista, para llegar a un periodo más tardío en el que recuperas (por decirlo de algún modo) las ganas de disfrutar la vida según tus reglas, después de años sometido a lo corréctamente social. Creo que ha de ser una sensación maravillosa, como reencontrarse consigo mismo.

DUENDE CRÍTICO: mientras la locura no entrañe peligro me resulta atrayente, superada esa barrera prefiero salir corriendo.

CIBERCULTURALIA: hasta el día a día tiene algo de surrealista si nos paramos a mirar.

TwoHeadsOneBrainN: la verdad es que ni lo había escuchado ni sabía que era de Granada. Gracias por tu recomendación, lo he escuchado y sus letras son muy buenas.

DORIAN: me gusta esa frase de Poe, yo creo que la respuesta es afirmativa...quizás algún día lo sepamos.

SEVERINO: la verdad es que fue curiosa y graciosa, me acuerdo y me hace sonreír. Yo creo, de acuerdo a la frase de Poe, que caiga de donde caiga es sublime.

BASURERO: gracias por pasarte por aquí. La existencia de todos es curiosa.

Gracias a los nueve por vuestros comentarios, que hasta hoy no había podido contestar.
Saludos!!