"Debe uno ser pobre para conocer el lujo de dar" George Eliot
Fue una frase que lei hace unos pocos días y que realmente me hizo reflexionar sobre los intrincados nexos entre nuestra forma de actuar y pensar y el ambiente donde vivimos o las comodidades con que lo hacemos. Siempre pensé que la gente que tenía mucho dinero era egoísta y avara, sólo pensaba en sí misma y en su escaso alrededor, y por ello no ayudaban a los demás cuando tenían en sus manos el poder para hacerlo. Pero ayer pensé algo completamente distinto, no es el dinero en sí lo que hace al avaro, es la situación de bienestar que crea el dinero lo que no deja que la persona sea capaz siquiera de imaginar el sufrimiento de otros. Cuando duermes en una cama cómoda y comes caliente no puedes imaginar que otros duermen en la calle, arropados por el frío y que no comen. Cuando lo tienes todo, realmente no te preocupas por lo que otros no tienen. Es como si el dinero actuara de placebo, creando una sensación de bienestar que en realidad no existe, porque sigues sufriendo. Como si realmente actuara de venda, de burbuja aislante...peor aún, como la morfina, no sientes nada pero el problema sigue ahí. Realmente es algo cierto, el que no tiene nada sabe valorar lo que se le da o lo poco que tiene; pero sobre todo sabe compartir lo poco que tiene con los demás, porque conoce lo que es pasarlo mal.
En la obra de John Steinbeck, "Las uvas de la ira", se refleja sobre todo esta idea; que sólo son solidarios los que no tienen nada. Y, a mi modo de ver, es una gran verdad.
Aprender a valorar lo que tenemos es nuestra tarea pendiente, no sabemos lo afortunados que somos de haber nacido a este lado del mundo, que aunque sea perverso, consumista y desigual nos ha dado una cama y un plato. Bienestar y dinero a cambio de un vacío de valores puede que sea un precio muy alto, pero creo que todos estaríamos dispuestos a pagarlo, de hecho creo que ya lo hemos pagado. A cambio olvidamos muchas cosas: a sonreír cuando todo estaba negro, a caminar cuando ya no quedaba camino, a ayudar cuando eras tú el que necesitabas ser ayudado...
Nos queda un fajo de billetes en la mano y la sombra de lo que algún día hicimos o fuimos. Vendimos el alma al diablo, perdiendo con ella toda la verdadera felicidad que pudimos alcanzar.
No estoy en contra del dinero, ni de las comodidades; cada uno tiene lo que quiere y puede, pero sólo es morfina. A veces es bueno sentir el dolor para saber que hay algo ahí, y a veces es bueno acallarlo para ser feliz. Que cada cual viva a su manera...
Al fin y al cabo la pobreza no es un problema de distribución del dinero, sino del egoísmo de todos nosotros. Aunque hubiera dinero suficiente para todos, éste siempre acabaría acumulado en unas pocas manos.
(Perdonad el desorden de ideas, pero llevo toda la tarde estudiando y ya no doy para más)
7 comentarios:
Lia estupendo comentario, una gran reflexión.
la empatía embotada de quienes tenemos mas es lo que a veces nos hace distanciarnos del sufrimiento de los demás.
En ocasiones asombra lo poco que de `puede perder para conseguir mucho para los que menos tienen.
Un poco de ayuda puede inncluso salvar vidas, sólo es hacer acopio de la suficiente empatía para ponernos en el sitio del otro y comprender sus necesidades.
Lo dicho, una gran entrada,
Un saludo.
salud y República!!
Nexus.
Una reflexión muy importante y que lamentablemente, nosotros, los del estómago caliente, olvidamos con demasiada frecuencia.
Un beso
Lia, ultimamente nos despiertas la conciencia con cada nueva entrada, nos haces ver lo que somos y lo que podriamos ser, lo que dejamos atras sin apenas darnos cuenta,(el dolor, la tristeza, el hambre, la miseria).
Gracias por estos bofetones a nuestro adormilado cerebro, nos hacen falta muchos para que al fin lleguemos a entender que somos parte de un todo.
Un abrazo.
Salud y felicidad
Al fin y al cabo la pobreza no es un problema de distribución del dinero, sino del egoísmo de todos nosotros. Aunque hubiera dinero suficiente para todos, éste siempre acabaría acumulado en unas pocas manos.
En el final de tu entrada esta dicho todo,lo demas que digamos sobra,saludos.
la miseria y el hambre sólo son un producto de la miseria y el hambre del corazón de los seres humanos.
Un beso
Mi abuela que era una gran sabía decía que el dinero se tenía que pudrir al cabo de un tiempo. Al menos así no habría quien lo acumulase. empiezo a pensar que no es mal argumento.
Un saludo.
Wenas!!
NEXUS: a veces un poco de esfuerzo de todos es lo único necesario para lograr un gran cambio. Creo que el saber comprender el dolor ajeno es lo más importante para llegar a ayudar a los demás; como tú dices, sólo hay que ponerse en el lugar del otro.
CIBERCULTURALIA: es realmente fácil olvidar que hay gente que no tiene de nada si tienes dinero, pero más aún si es algo que se encubre, porque los medios de comunicación muchas veces no hacen todo lo que deberían para dar a conocer la realidad.
NAVEGANTEROJO: le doy mil vueltas a un tema, siempre estoy pensando en algo y plasmándolo por escrito me aclaro yo misma. Obviamente me gusta hacer llegar todas esas ideas a los demás, dejarlas que vayan creciendo según su antojo. No me gusta el conformismo y esta es (por ahora) la manera que he encontrado de intentar despertar conciencias.
SEVERINO: no se si esa última idea es positiva o negativa, porque supondría que acabar con la pobreza no está en manos de ningún gobierno sino de nosotros...y , sinceramente, no se si creo más en la sociedad que en el gobierno.
FELIPE: estoy completamente de acuerdo con tu comentario. Ese hambre del hombre es nuestro mayor pecado, esa avaricia nos acompaña desde los inicios. Pero no por ello ha de tirarse la toalla, nunca es tarde para cambiar.
RUBÉN: una gran frase la de tu abuela, me gusta. Si eso fuera así nos ahorraríamos muchos problemas e indudablemente seríamos mejores personas.
Gracias a los seis por vuestros comentarios!! Que paséis una buena semana!!
Saludos!!
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