¿Realmente existe la bondad o la maldad?
Cuando nacemos, se dice que somos seres puros, llenos de bondad y que tenemos todas las facultades en potencia, es decir, que podemos llegar a desarrollar todas las facultades y capacidades que caracterizan al ser humano. Hasta aquí todo bien, que un bebé vaya desarrollando todas esas facultades depende de su educación, en parte su genética, y obviamente del entorno social.
Pero en cuanto a las facultades que caracterizan al hombre yo tengo serias dudas. Está la inteligencia, aunque yo defiendo que todos los animales poseen inteligencia, aunque su capacidad para desarrollarla sea menor que en los seres humanos. También hay otras cualidades como la ambición, que yo creo que es la que mejor define al ser humano. Hemos llegado a ser lo que somos (la "supuesta" mejor especie que habita el planeta) gracias a esa ambición, sin ella hubiéramos continuado siendo simples animales, aunque a esto tambíen ha ayudado la inteligencia. Sin embargo la ambición en extremo es mala, como casi todas las cualidades. Nos lleva a la guerra, a la tiranía, etc.
Luego está otra cualidad esencial como es la diferencia entre el bien y el mal. Igualmente se dice que los animales no la poseen ¿pero cómo lo sabemos? Un niño no puede distinguir lo qué es bueno de lo qué es malo, pero en ocasiones un adulto tampoco. Si verdaderamente tuviéramos esa cualidad no haríamos nada malo. Es evidente que algo falla cuando TODOS podemos distinguir qué es malo y sin embargo hay guerras, pobreza e infinidad de maldades.
El problema es saber qué es lo malo. Tradicionalmente nos han inculcado un sistema de valores que deriva de la religión, esta nos condiciona. El ejemplo más claro los 10 mandamientos. Todo lo que recogen los 10 mandamientos es sagrado, determina la conducta que hemos de tener. Paradojas de la vida, la propia Iglesia ha incumplido los mandamientos:
1-Amarás a Dios sobre todas las cosas: es evidente que en determinados momentos históricos la Iglesia ha amado más el poder o el dinero que a Dios.
5-No matarás: ¿qué hacía entonces la Inquisición?
6-No cometerás actos impuros: como matar, robar (que también lo ha hecho la Iglesia), por no hablar de los numerosos casos de abusos a felegrises (no estoy generalizando)
7-No robarás
8- No levantarás falsos testimonios ni mentirás.
9- No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
Ahora viene la pregunta fuerte: ¿Cómo pretende la Iglesia que se cumplan sus mandamientos cuando ni Ella misma los respeta?
Queda claro que el bien o el mal no pueden estar determinados por la religión. Lo qué es malo o bueno lo debe determinar cada persona, y de hecho es lo que ocurre. Pero nos encontarmos con otro problema: la sociedad cambia, las normas cambian. No hay valores supremos que debamos respetar, pues todos son dinámicos. Todo está condicionado socialmente.
¿Cuál es la solución? ¿Somos buenos, malos? Pues no somos ninguna de las dos cosas, puesto que bondad o maldad sólo son dos etiquetas puestas para intentar controlar nuestros actos. Hay una frase de Kant que dice: Hay que tratar a los demás como te gustaría que te trataran a tí. En eso se resume todo: en el RESPETO. No se trata de tener maldad o bondad, de seguir un credo u otro; sólo hay que respetar la libertad de los demás. Ninguna religión hace a nadie más bueno o puro, porque la bondad o la maldad es el resultado de nuestros actos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario