11/12/08

El Renacer de Roma - Capítulo I


1. Noah McEwan:

Noah McEwan llevaba a sus espaldas cinco años de arqueología, otros tantos de antropología y muchos currículos rechazados. Con casi 30 años, ese fue el primer trabajo estable que consiguió, y en aquel momento ni siquiera estaba segura de poder llevarlo a acabo, pero finalmente parecía que todo había salido bien. Años atrás jamás habría pensado en aceptar la oferta, ni siquiera una semana antes de aquella llamada; pero un piso embargado y grandes deudas dan mucho que pensar.
Diez años atrás había recibido una llamada bastante extraña, le ofrecían un trabajo en Roma, le pagaban todos los gastos, le ofrecían alojamiento, y si todo salía bien recibía a cambio medio millón de euros. Todo esto le pareció muy sospechoso, pero necesitaba el dinero, así que aceptó el trabajo y acudió a una reunión dos días después en una cafetería de Primrose Hill. Allí la esperaba un hombre vestido impolutamente, con un traje negro y corbata a juego. La conversación duró unos cinco minutos, y lejos de aclarar sus dudas las multiplicó.
Debía de pasar un mes en Roma observando los monumentos, las casas, y cualquier otro edificio en el que pudieran observarse vestigios de la época Imperial romana; y también debía de llevar a cabo ciertas investigaciones acerca de esta época. Visto así parecía algo sencillo, todos los gastos estaban pagados y todo aquello que necesitara se lo proporcionarían. Pero ¿medio millón de euros por eso era razonable?, evidentemente no. Las últimas palabras que salieron de la boca del hombre aquella tarde: discreción y cautela, confirmaron que se había metido en algo gordo.
Pasó aquel mes en Roma, visitando todos los monumentos, realizando anotaciones minuciosas y disfrutando de unas vacaciones pagadas. Aquella cuidad era para ella su segundo hogar, había visitado Roma por primera vez a los dieciocho años, y desde entonces había ido allí siempre que había tenido oportunidad. Hablaba a la perfección italiano y latín clásico; conocía la cultura y todo lo referente a la Roma antigua, quizás por eso la escogieron.
Cada piedra del Coliseo, cada grabado del arco de Constantino, cada rincón del Circo Máximo lo conocía a la perfección, y a pesar de ello cada día se fascinaba más con su belleza y perfección. La sensación de contemplar algo que lleva dos mil años en pie y que no ha sucumbido al paso de los años, de algo que ya ha sido visitado por miles y miles de personas, pero sobre todo, de algo que algún día albergó verdadera vida, es incomparable.
Tras volver de Roma recibió una noticia que no esperaba, querían que supervisara personalmente el proyecto que se traían entre manos, pues había demostrado ser una mujer eficaz y de confianza. Y así fue como se convirtió en la mano derecha de Vincent Blake, representante del MI-16 que se ocupaba de todo el asunto. La organización secreta trabajaba para el Reino Unido y había planteado un proyecto de enorme envergadura, que si llegaba a buen puerto, podía dar mucho dinero.
El proyecto en cuestión consistía en reproducir la cuidad de Roma a escala real en una población del sur de Inglaterra, pero no sólo eso; la cuidad estaría habitada por gente de verdad, personas que vivirían en una cuidad irreal, creada solo para generar dinero y turismo. Porque ¿quién iría a ver montones de piedras y edificios medio derruidos pudiendo observar la cuidad poblada y en pleno apogeo? Pero todo esto planteaba serios problemas, primero había que elaborar planos exactos y milimétricos de la antigua cuidad romana, luego reconstruir los monumentos y edificios, y por último poblarla.
Al principio el proyecto marchó muy bien, la cuidad estaba siendo reconstruida en secreto y ninguna autoridad italiana había advertido nada, pero con el paso del tiempo el proyecto se volvió más ambicioso. Alexander Campbell, uno de los científicos contratados, tuvo una conversación con Vincent en torno a la población de la cuidad, su idea no era poblarla de actores contratados, como se había pensado hacer, si no que esta podría estar poblada de gente real, personas nacidas allí, entonces sería verdaderamente una especie de túnel del tiempo hacia el pasado. Vincent planteó la idea al MI-16, y este la aceptó, a pesar de que era descabellada, inhumana y podía acabar realmente mal. Pero de nuevo había problemas, para que realmente fuera Roma las personas debían hablar latín y tener las costumbres de la época, y eso era tremendamente difícil de conseguir, ¿cómo crear una sociedad a la medida?, ¿era posible condicionar la vida de toda un millón y pico de personas? Muchos de ellos se opusieron al proyecto, no querían formar parte de aquella conspiración, pero por desgracia sólo les pagarían cuando el proyecto estuviera terminado, y ninguno quería tirar todos los meses de trabajo a la basura.
Así que finalmente el proyecto salió adelante, se creó una cuidad idéntica a la Roma Imperial y, con ayuda del gobierno, se contrató a los mejores expertos en clonación y manipulación genética para poblar la cuidad. Se crearon clones a partir de células de todos los miembros del equipo y se modifico su ADN, para que el crecimiento fuera mucho más rápido. Pero para recrear de verdad la cuidad era necesario que la lengua y la cultura fueran las mismas, por lo que varias personas no clonadas conocedoras de Roma debían sembrar el germen de la sociedad. Esta tarea se la ofrecieron a Noah y a mil personas más, de las cuales casi todas aceptaron; ella no lo hizo, no pensaba pasar el resto de mi vida metida en una ciudad irreal y rodeada de clones. Además le parecía algo inhumano someter a la gente, tenerla encerrada y hacerles vivir una vida que realmente no era la suya.
Tras cuatro años de trabajo, Roma Empire, que así se llamó, salió de las penumbras. En seguida las autoridades italianas se sintieron indignadas, pero esto contribuyó a dar más publicidad a la cuidad. Se creó un show de televisión, en el cual podía observarse la vida de los ciudadanos a través de las cientos de cámaras que estaban distribuidas por la cuidad. La ubicación de esta se mantuvo en secreto, pues si una persona ajena a la organización entraba en contacto con los ciudadanos todo se iría al traste. Otro asunto que se mantuvo en secreto fue el de las clonaciones, pues supondría graves problemas de todo tipo. El proyecto en sí era arriesgado, e incluso macabro; lo que en un principio iba a ser una especie de parque temático había acabado siendo un show de televisión. Pero el dinero que reportaba frenaba todo esto, el programa se emitía en toda Europa, América y Asia, tenía miles de seguidores y pronto comenzaron a crearse revistas, programas del corazón y todo lo imaginable.
Ahora mismo se encontraba en la sala de control principal de Roma Empire, una puerta la separaba del mundo que había ayudado a crear, un mundo que ahora odiaba. Había personas ahí dentro que llevaba seis años viendo por un televisor, una de ellas había sido su amiga durante toda la vida: Laura Lions.

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