31/12/08

Vivencia...


Hoy por la mañana he estado comprando un regalo de Reyes para mis padres, hemos ido mi hermana y yo al Hipercor (la mansión del consumo). En la puerta había una mujer pidiendo con su típico cartel de no tengo trabajo ni dinero y tengo muchos hijos, yo le dado 20 céntimos.

Hay gente que piensa que a ese tipo de personas no hay que darles dinero, bien porque no se lo ganan o bien porque van a destinarlo a droga, tabaco o alcohol. La verdad es que yo, por poco que tenga, intento darles algo, no me parece racional que una persona pida en la calle si no lo necesita (aunque una vez Indie me contó una anécdota de su pueblo: un hombre que pedía en la calle y que años después se descubrió que era rico y que se hacía pasar por pobre para sacar más dinero). El caso es que cuando una persona pide dinero en la calle es porque no le queda más remedio, puede que lo que diga su cartel sea mentira, pero que importa. Esa persona puede estar pasando por una situación difícil, no tener trabajo, no poder encontrarlo.

Una amiga mía me dijo una vez:

- Yo no pienso darles dinero, que se busquen un trabajo en vez de estar ahí tirados.

Ese comentario me dolió. ¿Un trabajo? Hay mucha gente en el paro, en trabajos basura, con contratos temporales, o sin contratos. Recordad la sociedad en la que vivimos, llena de prejuicios, dobles moralidades y discriminación....¿es tan fácil para un inmigrante o un extranjero encontrar aquí un trabajo? Esa gente muchas veces no tiene otra salida, porque no le ofrecen nada, NADIE VIVE EN LA CALLE POR GUSTO.

No me parece mal que pidan, no molestan a nadie, intentan salir adelante como pueden. Ahora, es cierto que en ocasiones aparecen personas que intentan estafar o aprovecharse de la gente. A mi abuela le ocurrió algo así, dio mantas y comida a una mujer y luego la vieron tirándolo todo a un río ( es verídico). Pero no todas las personas son así, no podemos crearnos un concepto general.

Hay quién dice: Es que no les doy dinero porque no me fío de ellos. Volvemos a lo mismo, puede que en su cartel (hablo así porque siempre llevan uno) diga tal y tal, lo importante no es eso, lo importante es que hay una persona que necesita la ayuda de los demás y que no está en la calle por gusto.

Puede que sea cierto que la estrategia de los carteles o de la falsa pierna cortada (yo lo he visto)sea para recaudar más, pero no se puede sacar de un caso concreto una generalidad.

En fin, que me sentí bien al darle aquellos 20 céntimos, por poco que fuera, los usara para lo que los usara. Si pretendemos un mundo más justo, solidario y sin discriminación tenemos que empezar por nosotros mismos.

Bueno, para terminar sólo contar lo que me ocurrió a la salida del Hipercor. Entré a comprar chuches, invité a mi hermana también. Yo cogí dos chicles, pero me faltaba dinero para pagarlos y entonces los solté.

El dependiente ( era de latinoamérica) me dijo: ¿No quieres chicles?

Yo contesté: No me queda dinero para pagarlos

Entonces cogió dos chicles de la caja y me dijo: No importa, tómalos.

UN GESTO VALE MÁS QUE MIL PALABRAS, quizás sólo sean dos chicles, una tontería, pero a mí me llegó. Me hizo pensar que quizás esta sociedad no sea tan funesta y que aún quedan cosas por las que merece la pena luchar. Quién sabe, a lo mejor lo hizo porque era el último día del año, porque era buena gente o porque se sentía generoso, pero lo importante es que pude pensar: Esta persona merece la pena.

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