4. Atenea Augusta:
Llevaba esperando a que llegara aquel día hace mucho tiempo, por fin se casaba con el hombre al que amaba, Marco. El matrimonio sería libre, ya no habría mas patria potestad, si no que sería libre y podría disponer de sus bienes cuando quisiera. Había dos tipos de matrimonios, el libre y el de la conventio in manum, en el que la patria potestad pasaba al marido.
El día anterior había consagrado todos sus jugetes a Ártemis, diosa de la naturaleza; y después había tomado un baño purificador. Y hoy por fin se celebraría el banquete de boda. Ella se había preparado minuciosamente, su pelo estaba adornado con cintas y el rostro cubierto con un velo blanco. Sobre el cuerpo llevaba una larga túnica larga de color blanco sin cinturón.
A la ceremonia acudieron todos sus amigos y parientes, y esta tenía tres momentos: el sacrificio, la firma del acta de matrimonio en presencia de diez testigos y la unión de manos, que era una promesa de fidelidad mutua.
Tras esto tuvo lugar el banquete, el que se bebió vino, se comió y se habló. Antes de que Atenea marchara a casa del marido, Laura (o Helena como era llamada entre los romanos) habló con ella.
-Escúchame, hay algo importante que debo decirte –dijo esta- Es difícil de explicar y de comprender, pero debes creerme por encima de todo.
-De que se tarta, me estas asustando –dijo Atenea.
-No eres quién crees ser, ¿nunca te has preguntado que hay fuera de este lugar?
-No se a qué te refieres, estoy empezando a pensar que lo que la gente dice de ti es cierto.
-¿Lo que la gente dice de mí? –contestó Helena indignada.
-Que estás loca, que hablas en idiomas extraños, que no envejeces al mismo ritmo que los demás,… y llevan razón. ¿Quién eres realmente?
-¿De verdad quieres saberlo? –le inquirió- pues ahora mismo vas a saberlo. –sacó un folio del bolsillo y se lo mostró. Este era un folleto publicitario de Roma Empire.
-¿Qué es esto? –su cara estaba congelada.
-Esto es la ciudad en la que vives, una mera ilusión creada con ayuda de gente como yo, que necesitando dinero accedió a colaborar en el proyecto de la creación de una ciudad habitada por clones que recrearía la Roma Imperial.
-No puede ser…
-Claro que puede ser, pero no te preocupes porque no vas a volver a verme, me marcho de este lugar –contestó Helena- No pienso dejar que mi hijo nazca en este lugar. Pensaba sacarte de aquí, a ti y a Marco, pero no me crees.
-Es que no puedo creerte, ¿cómo sé que todo eso es cierto?
-Mira –arrancó un panel de la pared y apareció un círculo de color oscuro, el objetivo de una cámara –Nos vigilan a todas horas.
-Estas loca –dicho esto se marchó- No pienso ir a ningún lado contigo, lo siento mucho.
Tras eso Liam y Laura salieron corriendo hacia el foro de Trajano, la única puerta que comunicaba con el exterior se encontraba allí, y debían darse prisa antes de que Vincent Blake se percatara del intento de fuga. Uno vez llegaron allí todo estaba en silencio y sumido en la más profunda oscuridad, lo cual les beneficiaba en cierto modo porque nadie los vería, pero les perjudicaba porque el MI-16 enseguida percibiría de sus intenciones.
-Espera –dijo Liam- No hemos ido a buscar a Priscila.
-No hay tiempo para eso –contestó Laura- Lo siento mucho.
Continuaron adelante y entraron en la biblioteca, la puerta estaba situada en el final de la sala, en una de las esquinas. Penetraron en ella y se sorprendieron al comprobar lo quién había detrás de ella.
-¡Laura! –dijo Noah McEwan.
-¡Noah! –dijo Laura, y se fundieron en un abrazo.
-Llevábamos tanto tiempo sin vernos. ¿Qué haces aquí?, creí que ya no trabajabas para el proyecto.
-Y no trabajo para el proyecto, bueno, no trabajo como a ellos les gustaría que trabajara.
-¿Qué quieres decir? –preguntó Liam.
-Que ayudé a una niña a escapar, era una chica muy inteligente. Hubo un fallo en uno de los experimentos con los clones, ella es verdaderamente humana, me dí cuenta enseguida. No piensa como el resto, no actúa como el resto; fue la única persona de toda la ciudad que se percató de que algo raro ocurría, de que alguien les vigilaba.
-Priscila… -dijo Liam. Detrás de Noah apareció una chica castaña y muy guapa, con unos profundos ojos verdes.
-Sí, suponía que os conocíais porque ella me habló de ti y de Laura, aunque con otros nombres. Tuvo la idea de casarse contigo para sacaros de la ciudad, pero parece que no te gustó mucho.
-Es que es una chica de quince años, no es lo más normal del mundo.
-Bueno, debemos salir de aquí si no queremos que nos descubran –dijo Laura.
Salieron de la sala de control, y tras recorrer muchos pasillos llegaron por fin a la puerta. La puerta que conducía al exterior del edificio, que conducía a la verdadera libertad. Tras seis años encerrados, ver de nuevo la naturaleza en su verdadero estado les maravilló, ver de lejos los edificios, coches aparcados y todo lo perteneciente al mundo real les hizo sentir de nuevo felices.
5. Roma Empire:
Tras seis años generando dinero, Roma Empire cerró sus puertas. Las denuncias por parte de los antiguos creadores y colaboradores del proyecto no pudieron posponerse. Los clones fueron adaptados a vivir junto a humanos, y se crearon leyes que impedían que se volvieran a repetir tales barbaridades.
Liam y Laura tuvieron a su hija en el exterior, y permitieron que Priscila viniera a vivir con ellos.
Llevaba esperando a que llegara aquel día hace mucho tiempo, por fin se casaba con el hombre al que amaba, Marco. El matrimonio sería libre, ya no habría mas patria potestad, si no que sería libre y podría disponer de sus bienes cuando quisiera. Había dos tipos de matrimonios, el libre y el de la conventio in manum, en el que la patria potestad pasaba al marido.
El día anterior había consagrado todos sus jugetes a Ártemis, diosa de la naturaleza; y después había tomado un baño purificador. Y hoy por fin se celebraría el banquete de boda. Ella se había preparado minuciosamente, su pelo estaba adornado con cintas y el rostro cubierto con un velo blanco. Sobre el cuerpo llevaba una larga túnica larga de color blanco sin cinturón.
A la ceremonia acudieron todos sus amigos y parientes, y esta tenía tres momentos: el sacrificio, la firma del acta de matrimonio en presencia de diez testigos y la unión de manos, que era una promesa de fidelidad mutua.
Tras esto tuvo lugar el banquete, el que se bebió vino, se comió y se habló. Antes de que Atenea marchara a casa del marido, Laura (o Helena como era llamada entre los romanos) habló con ella.
-Escúchame, hay algo importante que debo decirte –dijo esta- Es difícil de explicar y de comprender, pero debes creerme por encima de todo.
-De que se tarta, me estas asustando –dijo Atenea.
-No eres quién crees ser, ¿nunca te has preguntado que hay fuera de este lugar?
-No se a qué te refieres, estoy empezando a pensar que lo que la gente dice de ti es cierto.
-¿Lo que la gente dice de mí? –contestó Helena indignada.
-Que estás loca, que hablas en idiomas extraños, que no envejeces al mismo ritmo que los demás,… y llevan razón. ¿Quién eres realmente?
-¿De verdad quieres saberlo? –le inquirió- pues ahora mismo vas a saberlo. –sacó un folio del bolsillo y se lo mostró. Este era un folleto publicitario de Roma Empire.
-¿Qué es esto? –su cara estaba congelada.
-Esto es la ciudad en la que vives, una mera ilusión creada con ayuda de gente como yo, que necesitando dinero accedió a colaborar en el proyecto de la creación de una ciudad habitada por clones que recrearía la Roma Imperial.
-No puede ser…
-Claro que puede ser, pero no te preocupes porque no vas a volver a verme, me marcho de este lugar –contestó Helena- No pienso dejar que mi hijo nazca en este lugar. Pensaba sacarte de aquí, a ti y a Marco, pero no me crees.
-Es que no puedo creerte, ¿cómo sé que todo eso es cierto?
-Mira –arrancó un panel de la pared y apareció un círculo de color oscuro, el objetivo de una cámara –Nos vigilan a todas horas.
-Estas loca –dicho esto se marchó- No pienso ir a ningún lado contigo, lo siento mucho.
Tras eso Liam y Laura salieron corriendo hacia el foro de Trajano, la única puerta que comunicaba con el exterior se encontraba allí, y debían darse prisa antes de que Vincent Blake se percatara del intento de fuga. Uno vez llegaron allí todo estaba en silencio y sumido en la más profunda oscuridad, lo cual les beneficiaba en cierto modo porque nadie los vería, pero les perjudicaba porque el MI-16 enseguida percibiría de sus intenciones.
-Espera –dijo Liam- No hemos ido a buscar a Priscila.
-No hay tiempo para eso –contestó Laura- Lo siento mucho.
Continuaron adelante y entraron en la biblioteca, la puerta estaba situada en el final de la sala, en una de las esquinas. Penetraron en ella y se sorprendieron al comprobar lo quién había detrás de ella.
-¡Laura! –dijo Noah McEwan.
-¡Noah! –dijo Laura, y se fundieron en un abrazo.
-Llevábamos tanto tiempo sin vernos. ¿Qué haces aquí?, creí que ya no trabajabas para el proyecto.
-Y no trabajo para el proyecto, bueno, no trabajo como a ellos les gustaría que trabajara.
-¿Qué quieres decir? –preguntó Liam.
-Que ayudé a una niña a escapar, era una chica muy inteligente. Hubo un fallo en uno de los experimentos con los clones, ella es verdaderamente humana, me dí cuenta enseguida. No piensa como el resto, no actúa como el resto; fue la única persona de toda la ciudad que se percató de que algo raro ocurría, de que alguien les vigilaba.
-Priscila… -dijo Liam. Detrás de Noah apareció una chica castaña y muy guapa, con unos profundos ojos verdes.
-Sí, suponía que os conocíais porque ella me habló de ti y de Laura, aunque con otros nombres. Tuvo la idea de casarse contigo para sacaros de la ciudad, pero parece que no te gustó mucho.
-Es que es una chica de quince años, no es lo más normal del mundo.
-Bueno, debemos salir de aquí si no queremos que nos descubran –dijo Laura.
Salieron de la sala de control, y tras recorrer muchos pasillos llegaron por fin a la puerta. La puerta que conducía al exterior del edificio, que conducía a la verdadera libertad. Tras seis años encerrados, ver de nuevo la naturaleza en su verdadero estado les maravilló, ver de lejos los edificios, coches aparcados y todo lo perteneciente al mundo real les hizo sentir de nuevo felices.
5. Roma Empire:
Tras seis años generando dinero, Roma Empire cerró sus puertas. Las denuncias por parte de los antiguos creadores y colaboradores del proyecto no pudieron posponerse. Los clones fueron adaptados a vivir junto a humanos, y se crearon leyes que impedían que se volvieran a repetir tales barbaridades.
Liam y Laura tuvieron a su hija en el exterior, y permitieron que Priscila viniera a vivir con ellos.
2 comentarios:
Bueno, pues aquí termina la historia. Lo escribí hace ya dos años, era un trabajo para latín.
Espero que os haya gustado. También escribí otro en 4º de ESO, mucho mejor que este, ya lo colgaré.
Si, cuélgalo también
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